Según un estudio publicado recientemente, en 2020 el 8,3% de los sacerdotes diocesanos y religiosos en Italia no eran de origen italiano, mientras que el número de sacerdotes católicos italianos de misiones en países extranjeros ha disminuido.
Se trata de conclusiones a las que llegó el Instituto Central para la Ayuda del Clero, vinculado a la Conferencia Episcopal Italiana. Según sus datos, en 2020 el número de sacerdotes en Italia era de 31.793.
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Por lo tanto, el número ha descendido un 16,5% desde 1990, con una caída del 11% en la última década. Al mismo tiempo, el número de sacerdotes nacidos en el extranjero que sirven en Italia ha crecido de forma sostenida en los últimos 30 años. Han pasado de ser 204 en 1990 a 2.631 en 2020.
La media de edad de los sacerdotes italianos también ha crecido, situándose en 61,8, mientras que la media de edad de los sacerdotes no italianos que sirven en Italia es de 46,7.
El mayor número de sacerdotes no nacidos en Italia se sitúa en las regiones centrales del país, en concreto en Abruzzo y en el Lacio, incluida la ciudad de Roma, así como en Toscana, región del centro-norte de Italia.
En 2020, únicamente 348 sacerdotes italianos se encontraban en el extranjero sirviendo en misiones, un 1,1% del total, frente a los 630 del año 2020.
El año 2020 refleja también un incremento de la mortalidad de sacerdotes en Italia: 958 frente a los 742 que fallecieron en 2019.
Este incremento parece estar relacionado con la pandemia de COVID 19, ya que se registró un mayor número de fallecimientos durante la primera y segunda oleadas del coronavirus en Italia.
Hay 25.595 parroquias católicas en Italia, pero únicamente hay 15.133 párrocos para atenderlas en una población de cerca de 60 millones de habitantes. Hay solo un párroco por cada 4.160 habitantes.
A pesar de estos datos, el subsecretario de la Conferencia Episcopal Italiana, y director de la Oficina Nacional para el Cuidado Pastoral de las Vocaciones, P. Michele Gianola, aseguró que "estos datos no deben causar alarma".
En declaraciones realizadas a la Agencia SIR, perteneciente a la Conferencia Episcopal, el P. Gianola dijo que estos datos "deben examinarse con seriedad porque afecta al problema de la potencialidad vocacional de nuestras iglesias italianas, en el contexto de la juventud y del ministerio de la pastoral en las escuelas, y a la vida y ministerio de los sacerdotes y las comunidades de vida consagrada".
"Se hacen eco de la preocupación expresada por el Papa Francisco en su discurso con motivo de la 71 Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana celebrada en mayo de 2019, cuando expresó su preocupación por la hemorragia de vocaciones".
En este sentido, "las soluciones provisionales han demostrado ser demasiado precarias en términos de garantizar una respuesta apropiada. De hecho, las medidas a medio y corto plazo pueden apagar el potencial de las comunidades para generar vocaciones".
El P. Gianola concluye sin dejar de recordar que "las vocaciones las engendra nuestra Madre Iglesia", y lamentó que, en ocasiones, "esta capacidad generativa se olvida o no se tiene en cuenta".
Nota traducida y adaptada por Miguel Pérez Pichel. Publicada en CNA.