Al concluir su CXI Asamblea Plenaria, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) afirmó que el país puede cambiar para bien porque es un pueblo creyente y de grandes valores.
La asamblea de la CEM se realizó del 8 al 10 de noviembre en la sede del Episcopado conocida como "Casa Lago" en Cuautitlán Izcalli, a unos 30 kilómetros al norte de Ciudad de México.
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En su mensaje titulado "Habitaré en medio de ellos y caminaré entre ellos", los obispos indicaron que para mejorar la situación actual, el país debe cambiar "de mentalidad. Se ocupa un modo distinto de vivir. ¡México puede cambiar para bien! ¡México es un pueblo creyente y de grandes valores!".
"La tarea nos empuja a ponernos en camino, responsabilizándonos unos de otros en ese caminar unidos. No debemos dejarnos arrastrar por el individualismo, la codicia y el egoísmo", dijeron los prelados.
Los obispos destacaron que "la respuesta a situaciones comunes es caminar juntos; involucrarnos todos, aportando cada quién su propia visión y su propio esfuerzo. Ese caminar juntos es entrar en ambientes de comunión y unidad, para superar la fragmentación, la división y la polarización política".
En ese sentido, los prelados recordaron que del 21 al 28 de noviembre se realizará en México la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, y en octubre de 2023 el Sínodo sobre la Sinodalidad, que ya ha iniciado su fase diocesana.
Los obispos expresaron su cercanía con quienes sufren a causa de la pandemia del coronavirus, los desastres naturales, la violencia y la inseguridad; así como con quienes "han experimentado los estragos de la muerte de amigos y familiares; los que siguen cayendo en la pobreza, los que han perdido su seguridad social, laboral y alimenticia, los migrantes forzados, los desaparecidos y los seducidos y atrapados por el crimen".
Los prelados mexicanos animaron a sus compatriotas a caminar juntos, recordando que todos son importantes y necesarios. Este camino debe suscitar el diálogo "para finalmente, discernir y elegir los caminos adecuados, haciendo a un lado la indiferencia, la exclusión y el rechazo del otro".
Los obispos recordaron que es necesario avivar la esperanza, teniendo en cuenta que "Cristo nos asegura su presencia y su victoria. Él nos acompaña hasta el fin de los tiempos. Él camina con nosotros, como lo hizo con los desalentados discípulos de Emaús".
"Invitamos al pueblo de Dios a reavivar los valores cristianos del Evangelio, que transforman la cultura: el amor y el respeto a la vida, la dignidad de la persona, la justicia, la paz y la libertad religiosa y de conciencia".
Para concluir, los obispos resaltaron que "Santa María de Guadalupe ha caminado con México durante cinco siglos. Ella nos ha acompañado en todos los momentos importantes de nuestra historia, como pueblo mexicano".
"Ella nos enseña a enraizar la cultura del encuentro y de la unidad, y nos reafirma su amor y presencia maternal: 'No estoy Yo, aquí, que soy tu Madre'".