El Arzobispo de N'Djamena (Chad), Mons. Djitangar Goetbé Edmond, rechazó el ataque de tres militares contra un sacerdote en la parroquia St. Isidore Bakanja, iglesia que además fue profanada por los miembros de las fuerzas armadas.
El hecho ocurrió el 3 de noviembre, cuando los militares agredieron al P. Simon-Pierre Madou en la parroquia St. Isidore Bakanja, en la localidad de Walia-Gorée, luego de ingresar de manera forzada al patio del lugar a bordo de tres autos.
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El Arzobispo explicó que los tres conductores se sentaron en la iglesia "sin ningún respeto por la gente y el lugar donde estaban. Esto en ausencia del párroco".
"Cuando el párroco llegó, se presentó ante los soldados y les pidió que le dijeran la razón de su misión. Los tres soldados insultaron al sacerdote y orinaron dentro de la parroquia. Luego molestaron al sacerdote que trataba de filmar la escena y le confiscaron el teléfono", relató el Arzobispo de N'Djamena en una declaración.
El teléfono móvil fue devuelto luego de la intervención del vicario general, P. Samuel Mbairabé Tibingar, y del vicario episcopal para la pastoral, P. Romain Guelbé. Ambos y el párroco pidieron a los fieles "mantenerse calmados y prometieron informar claramente al Arzobispo sobre lo que vieron y oyeron".
El Arzobispo fue a la parroquia para conocer más sobre lo sucedido. En una declaración del 6 de noviembre, el Prelado expresó su consternación con las "actitudes y conductas de falta de respeto de algunos compatriotas hacia la religión de otras personas".
"La falta de respeto por los lugares de culto y por todos los signos de su carácter sagrado, como es el caso de la parroquia de Walia-Gorée, es una violación flagrante del primer artículo de la Constitución que declara a Chad como un estado secular", resaltó Mons. Djitangar.
Lo ocurrido "es un insulto intolerable contra una persona religiosa en pleno ejercicio de su responsabilidad, incluso si fuera un extranjero, que no es el caso aquí", continuó el Arzobispo.
Los actos cometidos por los soldados, precisó, son una "forma de intolerancia que no debe tener lugar en una sociedad plural como la nuestra".
"Los que se comportan de este modo se ponen en guerra con Dios y Dios no rechaza ninguna oración hecha con buen corazón y buena conciencia, sin importar la denominación religiosa del creyente", afirmó.
El Arzobispo también recordó algunos incidentes en los que sacerdotes e iglesias católicas han sufrido ataques similares.
En abril de 2020 varios "soldados irrumpieron en el patio de la parroquia Sagrado Corazón de Chagwa. Cuando el párroco me llamó, le pedí que preguntara al jefe militar por qué estaban allí y cuál era su misión, considerando que volvía de la represión de manifestaciones callejeras. Dijeron que llegaron a descansar un poco antes de irse. Se quedaron desde las 11:00 a.m. hasta la 1:00 p.m.".
En marzo de 2020, "soldados se apostaron en la entrada" de la misma parroquia "y evitaron que el sacerdote que iba a celebrar la Eucaristía dominical entrara a la iglesia".
"El 6 de febrero de 2018, durante la represión de algunas protestas, lanzaron gases lacrimógenos deliberadamente al patio de la parroquia St. Mathias Mulumba en Pari Congo, hiriendo a algunos fieles que salían de la Misa. Escribí una carta de protesta al ministro de Seguridad que no se molestó en responder", explicó el Prelado.
El Arzobispo de N'Djamena pidió a los católicos de Chad que "recen por la conversión de quienes no respetan los lugares de culto" y los alentó a "asegurar el respeto por la santidad de nuestros lugares de culto mediante una conducta adecuada y digna".
"Los sacerdotes deben determinar los horarios de apertura y cierre de las capillas y las iglesias para la visita de los fieles al Santísimo Sacramento", señaló Mons. Djitangar.
Los sacerdotes deben "informar a las autoridades competentes (diocesanas o administrativas) sobre cualquier conducta cuestionable o cualquier falta de respeto al estatus y la naturaleza de los lugares de culto", indicó el Prelado chadiano.
El Arzobispo pidió finalmente a las autoridades de Chad que "tomen las debidas medidas para proteger nuestros lugares de culto y para castigar quienes realicen actos que ponen en peligro nuestra coexistencia".
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de España, actualmente un 53% de la población de Chad es musulmana, el 35% es cristiano, y más del 7% animista.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI África.