La Diócesis de Cartago (Costa Rica) ordenó el cierre oficial y canónico del monasterio benedictino San José, una fundación diocesana que funcionaba ad experimentum desde hace algunos años.
"Esta decisión de clausura eclesiástica se lleva adelante como resultado de un proceso administrativo interno de Iglesia, originado en una visita pastoral al Monasterio, ello conforme a las facultades que confiere el Código de Derecho Canónico, cuyo resultado y conclusiones fueron avalados por la Congregación para los Institutos de la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica en Roma", indica un comunicado de la Diócesis publicado el 7 de noviembre.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Por ser un proceso interno el de asesoría e investigación de los frutos de la experiencia, no se publican las razones concretas" del cierre, ya que "la comisión encargada y el vicario judicial de la diócesis lo decidieron de esa forma", explicó a ACI Prensa este 9 de noviembre el P. Jorge David Arley Campos, encargado de prensa de la Diócesis de Cartago.
"Se dio a conocer la decisión final pero no las razones, ya que hay elementos de sigilo en el tema y no se pueden exponer a la opinión pública por la naturaleza del secreto confiado, en miras a no dañar la conciencia de los fieles y para evitar interpretaciones incorrectas de los fieles", precisó el sacerdote.
En su página de Facebook, el monasterio se presenta como una "comunidad monástica regida por la Regla de San Benito, nuestra clausura es constitucional, y nuestro principal labor es: la oración y el trabajo manual".
"Somos una comunidad de clausura, no tenemos acción pastoral fuera del monasterio. No pertenecemos a la diócesis de Cartago", agrega.
El comunicado de la Diócesis del 7 de noviembre señala que "a los miembros de esa experiencia diocesana, se les ha permitido y ofrecido toda nuestra colaboración en su traslado a otras experiencias de comunidad, si así lo tienen a bien, quedando a la espera de su comunicación".
"Somos conscientes de que a partir de la clausura eclesiástica de dicha experiencia diocesana del monasterio, subyace entre ellos la figura de una asociación civil, inscrita ante el Registro Nacional, por lo cual concluye a nivel eclesial toda su misión, y corresponde a ellos definir su futuro como asociación civil", agrega el comunicado.
En ese sentido y a partir del 7 de noviembre, "la Experiencia Diocesana del Monasterio Benedictino San José no formará parte de la Diócesis de Cartago, asimismo no habrá autorización para la celebración de los sacramentos y sacramentales en el lugar sede de esa experiencia".
El P. Arley Campos explicó a ACI Prensa que "el elemento de ser asociación civil quiere hacer referencia a una figura jurídica bajo la que estaban amparados legalmente como agrupación".
"Cómo asociación corresponde a ellos definir su futuro, pero no son canónicamente ya un movimiento de la Iglesia Católica", precisó el sacerdote.
Un artículo publicado en el diario costarricense La Nación el 1 de noviembre indica que "los monjes benedictinos del Monasterio San José, en Paraíso de Cartago, denunciaron que el actual obispo cartaginés, monseñor Mario Enrique Quirós Quirós, los ha perseguido por años para 'eliminar' su 'presencia' en la diócesis y quitarles los terrenos de su monasterio".
La experiencia diocesana se fundó hace unos ocho años, cuando Mons. José Francisco Ulloa era Obispo de Cartago. Mons. Quirós asumió la Diócesis en 2017
En su comunicado del 7 de noviembre, la Diócesis de Cartago no menciona el artículo de La Nación pero precisó que "el terreno e instalaciones donde se ha ubicado la sede de dicha experiencia es propiedad de la Asociación indicada y nunca ha sido objeto de discusión".
En una respuesta enviada por la Diócesis de Cartago a La Nación, se señala que "a los miembros del Monasterio San José, de fundación diocesana, se les informó la conclusión de dicha experiencia, como resultado de no obtener los frutos esperados durante este tiempo".
La Diócesis indicó además que a los miembros de la experiencia monástica "se les ha dado la oportunidad de ejercer, conforme al CIC c. 50, su derecho de respuesta".
El canon 50 del Código de Derecho Canónico (CIC), la norma que regula a la Iglesia universal, establece que "antes de dar un decreto singular, recabe la autoridad las informaciones y pruebas necesarias, y en la medida de lo posible, oiga a aquellos cuyos derechos puedan resultar lesionados".
El encargado de prensa de la Diócesis de Cartago explicó a ACI Prensa que en este caso se ha dado el "cierre de una fundación diocesana que estaba a prueba y que podría haber llegado a ser un monasterio autónomo", como existen en otras partes del mundo.
El P. Arley Campos precisó que los miembros de la agrupación pueden quedarse en su inmueble, "pues los bienes materiales de los que gozan son de ellos y sus normativas internas como las de cualquier grupo civil son las que rigen su acción".
Sin embargo, aclaró el sacerdote, "su modo de operación y lo que eso conlleva ya no está amparado por la Iglesia Diocesana de Cartago".