El sacerdote de la Diócesis de Brooklyn (Estados Unidos), P. John Cush, resaltó el valor de la vida y escritos de San Carlos Borromeo para la formación de sacerdotes que aspiren a la santidad en la actualidad.
El P. Cush, que también es asesor de formación en el Pontificio Colegio Norteamericano en Roma (Italia), aseguró en un artículo publicado en el National Catholic Register que San Carlos Borromeo reconoció las necesidades de los sacerdotes de su época.
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"Algunos eran laxos, perezosos y letárgicos, incapaces de articular los grandes misterios que les habían sido transmitidos. Algunos eran básicamente funcionarios, celebrando Misa tras Misa y recibiendo estipendio tras estipendio, en general preocupados por las cosas de este mundo", lamentó.
Además, indicó que muchos eran sacerdotes diocesanos que se estaban "volviendo verdaderamente seculares en el peor sentido de la palabra" y resaltó que incluso algunos sacerdotes de órdenes religiosas, "incluidos los frailes mendicantes, no eran mucho mejores".
"El sacerdocio estaba en un estado triste", subrayó.
El P. Cush señaló que en esa época una familia podía llevar a su hijo al párroco, que luego de recibir una "gran dote", le permitiría quedarse para que aprendiera.
"A menudo, estos sacerdotes dejaban ir a sus jóvenes por toda Europa, sembrando avena silvestre y, sin ningún nivel de formación, regresaban al sacerdote, que luego iba y recomendaba al obispo local que ordenara al joven", añadió.
Por ello, San Carlos Borromeo "vio la necesidad de un espacio especial, un semillero, un seminario, donde los jóvenes pudieran reunirse para una verdadera formación", donde se les diera no "simplemente una formación funcional", sino que se enseñara quiénes eran.
"El seminario es básicamente un lugar modelo de cómo debe vivir el sacerdote. El modelo básico de seminario de San Carlos Borromeo es el que tenemos hoy en todo el mundo", agregó el P. Cush.
El sacerdote resaltó que actualmente la formación en los seminarios es difícil porque no solo se debe enseñar temas académicos, sino que se requiere dar un desarrollo integral que abarque la formación humana, espiritual, intelectual y pastoral.
"Es por eso que un hombre tarda tanto en completar el seminario. La formación es el proceso de reestructuración del individuo y de integración en el mundo según el modelo de Jesucristo. Es el proceso de romper la vasija y remodelarla, según el modelo de la Iglesia", señaló.
El P. Cush resaltó que esta época de "masculinidad confusa, muchos de ellos sin figuras paternas, con nociones de sexualidad deformadas por la pornografía, de privilegio, de que nunca se nos diga que no, de padres ausentes" han hecho más difícil la formación.
Los formadores de los seminarios tratamos "a pesar de nuestras propias debilidades, de ofrecer, en nuestras propias vidas y ejemplos, un modelo sacerdotal, un sacerdote a quien el seminarista realmente puede llamar 'Padre'", agregó.
El sacerdote pidió orar por las vocaciones, no solamente para que aumenten en número, sino para que los seminaristas sean sacerdotes "felices, santos y saludables".
Asimismo, recordó las palabras del "Programa para la formación sacerdotal" de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) que indica que el objetivo del seminario "es el desarrollo no solo de una persona íntegra, una persona de oración o un practicante pastoral experimentado".
Se busca un sacerdote "que comprenda su desarrollo espiritual dentro del contexto de su llamado al servicio en la Iglesia, su desarrollo humano dentro del contexto más amplio de promover la misión de la Iglesia, su desarrollo intelectual como apropiación de la doctrina y de la tradición de la Iglesia, y su formación pastoral como participación en el ministerio activo de la Iglesia", agrega el documento.
El sacerdote también pidió orar por los formadores de los seminarios, para que pueda ser los mejores religiosos, para ayudar "al Señor a formar sacerdotes para el futuro y, al hacerlo, ayudar a asegurar que nuestra Madre, la Iglesia, pueda ofrecer a sus hijos pastores según el Sagrado Corazón de Jesús".
"Es una carga pesada, pero también es una verdadera alegría, y yo, por mi parte, estoy agradecido a San Carlos por su fundación del sistema de seminario moderno y por participar en este ministerio en este momento de mi vida", añadió.
Finalmente, ofreció una oración a San Carlos Borromeo por los sacerdotes y animó a los fieles a unirse a él a pedir al santo su intercesión.
Oh Santa Madre de Dios, ruega por los sacerdotes que tu Hijo ha elegido para servir a la Iglesia.
Ayúdalos, por tu intercesión, a ser santos, celosos y castos.
Hazlos modelos de virtud al servicio del pueblo de Dios.
Ayúdalos a ser piadosos en la meditación, eficaces en la predicación y celosos en la ofrenda diaria del Santo Sacrificio de la Misa.
Ayúdalos a administrar los sacramentos con amor y alegría. Amén.