En su mensaje a la COP26, la cumbre sobre el cambio climático que se realiza del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow (Escocia), el Papa Francisco alentó a los participantes a tomar las mejores decisiones para hacerle frente, considerando la ayuda que se debe dar a las naciones más pobres y vulnerables.
"Ahora es el momento de actuar, urgente, valerosa y responsablemente", dijo el Santo Padre en el discurso leído en Glasgow por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano.
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"Los jóvenes, que en años recientes nos han urgido fuertemente a actuar, solo heredarán el planeta que elijamos dejarles, basados en las opciones concretas que hagamos hoy", dijo el Papa.
"Ahora es momento de las decisiones para que podamos darles razones para la esperanza y la confianza en el futuro", agregó el Pontífice en el texto dirigido a Alok Sharma, presidente de la COP26.
El Papa dijo que ha de cuidarse especialmente a "los pueblos más vulnerables, con quienes hay una creciente 'deuda ecológica' relacionada con los desbalances comerciales con repercusiones ambientales y con el uso desproporcionado de los recursos naturales propios y de otros países".
"Esto no se puede negar. La 'deuda ecológica' suscita de alguna manera el asunto de la deuda externa, el peso que con frecuencia impide el desarrollo de los pueblos", agregó.
Francisco indicó que "el mundo post pandemia puede y tiene que recomenzar desde la consideración de todos estos aspectos, junto con establecer procedimientos cuidadosamente negociados para perdonar la deuda externa, relacionada a una restructuración económica más sustentable y más justa con el objetivo de afrontar la emergencia climática".
"Los países desarrollados deben ayudar a pagar la deuda ecológica limitando significativamente su consumo de energía no renovable y ayudando a los países más pobres a sostener política y programas de desarrollo sostenible", continuó.
El Papa Francisco explicó que, en este desarrollo, "todos pueden participar. Tristemente, tenemos que reconocer que estamos lejos de llegar a las metas para afrontar el cambio climático".
"¡Necesitamos ser honestos: Esto no puede seguir! Incluso cuando nos preparábamos para la COP26, era cada vez más claro que no hay tiempo que perder. Demasiados de nuestros hermanos y hermanas están sufriendo por esta crisis climática".
El Santo Padre indicó que "también está involucrada una crisis de los derechos de los niños y que, en el futuro cercano, los migrantes ambientales serán más numerosos que los refugiados de la guerra y los conflictos".
El Papa resaltó que la cumbre debe demostrar que existe "una voluntad política para dedicar –con honestidad, responsabilidad y coraje– mayores recursos humanos, financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático y para asistir a las naciones más pobres y vulnerables más afectadas".
"Al mismo tiempo, vemos que esta tarea debe realizarse en medio de una pandemia que por casi dos años ha devastado a nuestra familia humana", pero "el COVID-19 ha suscitado inmensas tragedias pero también nos ha enseñado que, si tenemos éxito en superar esta pandemia, no hay alternativa: todos tenemos parte en responder a este desafío".
El Papa alentó luego a la solidaridad y la fraternidad para "afrontar el problema global del cambio climático" de modo tal que se puedan alcanzar las metas del Acuerdo de París, que son "ambiciosas y no pueden posponerse más. Hoy les toca a ustedes tomar las decisiones necesarias".
Las tres metas principales del Acuerdo de París, firmado en 2015 y que entró en vigor en 2016, son limitar el aumento medio de la temperatura global a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, redoblar esfuerzos para no superar la cuota de 1,5 grados a final de este siglo y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Esta tercera meta quiere decir que la cantidad de dióxido de carbono (CO2) liberado a la atmósfera, el principal gas causante del calentamiento global, sea equivalente a la que absorben los sumideros naturales, como los bosques.
El Papa Francisco también resaltó que la COP26 puede y debe trabajar para asegurar "una vida humana y dignificada para los hombres y mujeres de hoy y mañana en un planeta 'saludable'".
El Papa también pidió "en este cambio de época" que los países más desarrollados "asuman un rol de liderazgo en las áreas de las finanzas climáticas, de la descarbonización en el sistema económico y en las vidas de las personas, la promoción de una economía circular, proporcionado apoyo a los países más vulnerables trabajando para adaptarlos al impacto del cambio climático y para responder a las pérdidas y daños que este ha causado".
Francisco recordó que la Santa Sede en diciembre de 2020 reiteró su compromiso de cero emisiones para 2050 y de educar para promover "una ecología integral".
El Papa también se refirió al encuentro que sostuvo el pasado 4 de octubre con líderes de otras religiones y resaltó que "lo que claramente emergió fue una destacable convergencia de la urgente necesidad de un cambio de dirección, un pase decisivo de la 'cultura del descarte', prevalente en nuestras sociedades, a la 'cultura del cuidado' para nuestra casa común y sus habitantes, ahora y en el futuro".
Para esto, resaltó, "necesitamos esperanza y coraje".