En una nueva edición de Un Rosario por la Argentina, los fieles fueron alentados a rezar con fe, pero también a comprometerse a trabajar por el país.
Desde la Catedral de Buenos Aires (Argentina) y en comunión con otras diócesis del país, el 26 de octubre una multitud celebró el 18º Rosario por la Argentina.
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Los fieles convocados por exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora se reunieron para rezar el Santo Rosario por la justicia, la Constitución, la paz, la vida, la salud y todos aquellos que han sufrido en este tiempo de crisis sanitaria.
Luego en la celebración Eucarística, el rector de la catedral, P. Alejandro Russo, recordó que Un Rosario por la Argentina se sustenta en la veneración a nivel nacional de María Auxiliadora como patrona de los campos argentinos.
En ese sentido, el P. Russo recordó que María Auxiliadora estuvo presente en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, cuando el Papa San Pío V pidió a los soldados que rezaran el Rosario y combatieran con el grito de "María, auxilio de los cristianos".
"La batalla se ganó y fue importante para la historia de la cristiandad. Y deja un principio, que se afirma en el Evangelio que acabamos de escuchar: que lo primero ciertamente es rezar, pero ese rezar no queda sujeto solo a esa actividad".
"La oración es lo primero, es llenarse de Dios, pero inmediatamente es el trabajo humano", "hay que sembrar la semilla, para que crezca el árbol, de cuidarla, para que crezca el árbol y de tomar del árbol los frutos para la vida humana", explicó el P. Russo.
"Por eso hoy rezamos pero también nos comprometemos a trabajar. Así como pasa en el campo, que la cosecha es el final del trabajo del sembrado, de la semilla que Dios dio pero sin el trabajo humano esa cosecha no se podría hacer", agregó.
Un Rosario por la Argentina se replicó en las ciudades de Rosario, Córdoba, Tucumán, Salta, Mendoza, Chubut, Entre Ríos y otros puntos del país.
En la Catedral de Buenos Aires participaron los Motociclistas Peregrinos, las Nazarenas, la Orden de los Santos Ángeles, la Asociación Damas Salesianas, el movimiento de Schoenstatt, distintas comunidades parroquiales y un grupo de personas sordas fueron incluidas a través de una traductora en lenguaje de señas.