La Santa Sede inauguró este miércoles 27 de octubre el nuevo edificio de su Nunciatura Apostólica en Armenia, en la capital Ereván.
A los eventos de apertura, que se desarrollarán hasta el próximo viernes 29 de octubre, asistió Mons. Edgar Peña, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.
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En sus discursos, que pronunció en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia y en la nueva sede de la representación diplomática pontificia, Mons. Peña afirmó estar convencido "de que esta Nunciatura Apostólica será para Armenia y para toda la comunidad internacional un símbolo de la necesidad de construir puentes, crear oportunidades para el encuentro y abrir nuevas sendas para una paz justa y duradera en la región".
Recordó que "el próximo año celebraremos el 30 aniversario del restablecimiento de las relaciones bilaterales entre la República de Armenia y la Santa Sede. Este edificio podrá mejorar las últimas misiones diplomáticas entre las autoridades civiles y gubernamentales, fomentar la fraternidad y la amistad entre la Iglesia apostólica armenia y fortalecer la comunión dentro de la comunidad católica local con sus diferentes ritos".
Asimismo, reafirmó que "la Santa Sede apoya los asuntos en la agenda del gobierno de Armenia y de la comunidad internacional que afectan a la paz, al desarme, a los derechos humanos, al desarrollo humano y cultural, a la libertad religiosa y a la protección y salvaguarda del medio ambiente".
Aseguró que "la inauguración de este edificio demuestra la solidez de las relaciones bilaterales que ya existen entre la República de Armenia y la Santa Sede". El enviado del Vaticano agradeció la reciente visita del presidente armenio, Armen Sarkissian, a la Santa Sede.
En ese sentido, hizo hincapié en que "las buenas relaciones bilaterales entre la República de Armenia y la Santa Sede se deben, en gran parte, a nuestro aprecio mutuo del papel positivo que la religión juega en la sociedad civil. Los armenios son un pueblo de profunda fe y su país se distingue por haber sido la primera nación en abrazar la fe cristiana".
Recordó también que "a lo largo del tiempo, la fe cristiana ha sostenido a este gran pueblo, especialmente durante los momentos difíciles de su historia".
Por último, resaltó que "como un recurso de fuerza y perseverancia en los momentos buenos y malos, la fe cristiana ha ayudado a enriquecer la herencia espiritual y cultural de Armenia hasta convertirse hoy en un motivo de orgullo y que continuará a inspirar y a enriquecer a las futuras generaciones de armenios".