El próximo 30 de octubre tendrá lugar la beatificación de cuatro sacerdotes operarios que murieron mártires durante la persecución religiosa en España en el siglo XX, que se desarrolló con especial virulencia durante los años de la Guerra Civil Española (1936-1939).
Estos 4 sacerdotes operarios mártires serán beatificados en la catedral de la diócesis de Tortosa, Tarragona (España). Son el P Francisco Cástor Sojo López, P. Millán Garde Serrano, P. Manuel Galcerá Videllet y P. Aquilino Pastor.
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La ceremonia comenzará a las 11:00 a.m en la Catedral de Santa María de Tortosa y estará presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Junto a él concelebrarán el Obispo de Tortosa, Mons. Enrique Benavent; el Director General de la Hermandad, P. Florencio Núñez; así como cuatro cardenales, 20 obispos y más de 80 sacerdotes.
El postulador de la causa de martirio, el sacerdote operario P. Carlos Comendador, aseguró que "estos sacerdotes no buscaron la muerte directamente, pero tampoco huyeron, y ofrecieron su vida permaneciendo fieles a la fe cristiana y a su sacerdocio sin renegar. Son, por ello, testigos de la fe y de su sacerdocio".
El P. Comendador destacó la vida anterior al martirio de los cuatro próximos beatos, dedicados a la formación sacerdotal y recordó a los cristianos que, como estos sacerdotes en su momento, sufren hoy la persecución por causa de la fe en diversas partes del mundo.
El Director general de la Hermandad, el P. Florencio Núñez, manifestó su alegría por la próxima beatificación.
"Elevamos juntos nuestra acción de gracias a Dios por este bien que hace a la Iglesia y a la Hermandad. Que el testimonio de los beatos Francisco Cástor, Millán, Manuel y Aquilino ilumine nuestras vidas. Que su sangre derramada sea fuente de nuevas vocaciones y ayude a todos los sacerdotes y a todos los creyentes a descubrir en la configuración con Cristo el único verdadero proyecto para sus vidas", aseguró.
Con motivo de esta celebración, la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos ha organizado una serie de actos para la ocasión, entre ellos, el viernes 29 de octubre, a la 09:30 p.m se celebrará una vigilia de oración por las vocaciones.
La Eucaristía de Beatificación se celebrará el sábado 30 de octubre, a las 11:00 a.m., en la Catedral de Santa María de Tortosa.
Posteriormente se desarrollarán una serie de propuestas culturales y espirituales como adoración eucarística en la iglesia de la Reparación, una exposición sobre los mártires de la Hermandad, entre otros.
El domingo 31 de octubre, a las 10:00 a.m, se celebrará la Misa de acción de gracias por la beatificación de los mártires operarios en la Catedral y por la tarde, el Seminario acogerá un encuentro de seminaristas con Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, Secretario para los Seminarios de la Sagrada Congregación para el Clero.
El lunes 1 de noviembre, se celebrará la Eucaristía en la Solemnidad de Todos los Santos, en la iglesia de la Reparación.
Causa de martirio
El 29 de septiembre de 2020, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto de martirio de estos cuatro sacerdotes operarios diocesanos. Ellos dieron su vida por Cristo durante la Guerra Civil Española, cuando ejercían como formadores en los seminarios de Ciudad Real, León y Baeza (España).
El P. Francisco Cástor Sojo López nació en Madrigalejo (Cáceres) y murió en Ciudad Real el 12 de septiembre de 1936, cuando tenía 55 años.
El P. Millán Garde Serrano era originario de Vara del Rey (Cuenca). Murió en Cuenca el 7 de julio de 1938, a la edad de 62 años.
El P. Manuel Galcerá Vidallet nació en Caseras (Tarragona). Murió en Ibros (Jaén) el 3 de septiembre de 1936, con 59 años.
El P. Aquilino Pastor Camberos era natural de Zarza de Granadilla (Cáceres). Murió en Úbeda (Jaén) el 29 de agosto de 1936, con tan solo 25 años y tras haber cumplido uno como sacerdote.
Estos cuatro operarios son los últimos beatificados de un grupo de 30 que perdieron la vida durante la persecución religiosa que se desarrolló en la Guerra Civil española.
Los primeros mártires operarios fueron beatificados por San Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995, era el grupo del P. Pedro Ruiz de los Paños y 8 compañeros mártires.
El segundo grupo de sacerdotes mártires lo encabezó el P. Joaquín Jovaní Marín y 14 compañeros, la beatificación tuvo lugar en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
Dos sacerdotes operarios más fueron beatificados el 25 de marzo de 2017, dentro de la causa del P. José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros, de la diócesis de Almería.
Hermandad de Sacerdotes Operarios
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una asociación de sacerdotes diocesanos que se unen para ayudarse como sacerdotes en el camino de la santidad y para ser más eficaces en el ejercicio del ministerio.
Según explican en su página web, el operario es un sacerdote secular incardinado en su propia diócesis pero que, con permiso de su obispo, se vincula a la Hermandad para dedicarse a los ministerios que le son propios. Esto quiere decir que sólo los clérigos pueden ser operarios y para vincularse a la Hermandad hay que ser, al menos, diácono.
El sacerdote operario sigue manteniendo una relación personal con su Obispo y con el presbiterio de su diócesis de incardinación y vive una incardinación afectiva con la diócesis donde trabaja mostrando una colaboración estrecha con el Obispo y los sacerdotes. Y tiene una especial disponibilidad y libertad para ir a trabajar a cualquier parte del mundo.
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fue fundada en 1883 por el Beato Manuel Domingo y Sol, conocido como Mosén Sol.
Los objetivos que la Hermandad desarrolla desde su origen son el fomento, sostenimiento y cuidado de las vocaciones eclesiásticas, religiosas y apostólicas, la formación cristiana de la juventud y el incremento del espíritu de reparación y de la devoción al Corazón de Jesús, especialmente en la Eucaristía.
En 1898 la Santa Sede reconoció oficialmente la peculiaridad de la Hermandad: sacerdotes seculares con vida común, por eso no fue hasta en 1927 que la Hermandad fue aprobada por la Santa Sede como Sociedad de vida común sin votos; y más tarde, en 1952, como Instituto Secular.
Actualmente la Hermandad es una Asociación Pública Clerical de Derecho Pontificio, aprobada como tal por Benedicto XVI en 2008 y están presentes en Alemania, Angola, Argentina, Brasil, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Portugal, República Democrática del Congo, Venezuela y Zambia.