El Papa Francisco destacó el servicio que realizan las religiosas Siervas de María, ministras de los enfermos de Santa María Soledad Torres Acosta, durante la Audiencia General de este miércoles 20 de octubre.
Durante su saludo a los peregrinos de lengua española, el Santo Padre destacó la labor de un grupo de religiosas, a quienes también saludó después de su catequesis.
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"Veo que allí están las Ministras de los Enfermos, las hijas de la Madre Torres Acosta. Estas monjitas se pasan las noches cuidando enfermos y duermen un rato de día. Son un ejemplo de lo que es servicio hasta el fin, con abnegación de sí mismas", afirmó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre señaló "sigan por ese camino. Gracias por lo que hacen" y añadió "pidamos a Jesús -modelo de caridad y servidor de todos- que nos libere de nuestras esclavitudes y nos ayude a ser auténticamente libres, impulsándonos a amar con gestos concretos de misericordia y caridad".
El Papa continuó con su serie de catequesis sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas y recordó que "la verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad".
Por ello, el Santo Padre explicó la paradoja del Evangelio que indica que "somos libres en el servir, no en hacer lo que nosotros queremos, somos libres en el servir, y allí viene la libertad; nos encontramos plenamente en la medida en la que nos donamos, nos encontramos plenamente en la medida en la que nos donamos, tenemos la valentía de donarnos; poseemos la vida si la perdemos. Esto es Evangelio puro".
Además, el Papa afirmó que "no hay libertad sin amor, la libertad egoísta de hacer lo que quiero, no es libertad, porque vuelve sobre sí, no es fecunda".
En este sentido, el Papa describió que para San Pablo "la libertad no es 'hacer lo que me apetece y me gusta'. Este tipo de libertad, sin un fin y sin referencias, sería una libertad vacía, una libertad de circo, no va. Y de hecho deja el vacío dentro".
"La verdadera libertad siempre nos libera, en cambio cuando usamos esa libertad de lo que me gusta o no me gusta, permanecemos vacíos al final... Si la libertad no está al servicio del bien corre el riesgo de ser estéril y no dar fruto, si la libertad no está al servicio del bien, no da fruto", recordó el Papa.
Finalmente, el Santo Padre invitó en este momento histórico a "redescubrir la dimensión comunitaria, no individualista, de la libertad: la pandemia nos ha enseñado que necesitamos los unos de los otros, pero no basta con saberlo, es necesario elegirlo cada día concretamente… Los otros no son un obstáculo a mi libertad, sino la posibilidad para realizarla plenamente, porque nuestra libertad nace del amor de Dios y crece en la caridad".