En medio del debate por la difusión de métodos anticonceptivos en el país, la Arquidiócesis de San Juan designó a la doctora Luisa Burgos para explicar a los periodistas las razones que llevan a la Iglesia a oponerse a cualquier mecanismo que atente contra la vida.
Hace unos días, el Arzobispo local, Mons. Roberto González Nieves, recordó a los jóvenes nacionales que el mejor camino para evitar embarazos precoces es vivir la castidad.
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Según Burgos, esta posición se sostiene en la certeza de que el ser humano "comienza a existir desde la concepción. Esto es desde que el óvulo es fecundado en la trompa de Falopio" y la Iglesia Católica rechaza los métodos artificiales anticonceptivos porque "atentan contra la vida".
"Además, son una descarga contra la fecundidad y la salud física, psicológica y espiritual de la mujer. La propia literatura que acompaña el fármaco revela la lista de les efectos secundarios tales como embolias, cáncer, problemas vasculares, esterilidad, muerte, etcétera", agregó.
Burgos explicó que al usar hormonas para la anticoncepción "la relación sexual se vuelve estéril y la mujer viene a ser un instrumento de contactos genitales". En cambio, con los métodos naturales surge en la pareja “una relación más profunda de toda su sexualidad, no solamente genital. Aprenden a amarse más cada día”.