El Papa Francisco rezó por las víctimas de los recientes atentados que han provocado numerosos muertos y heridos en Afganistán, Noruega e Inglaterra y pidió abandonar el camino de la violencia porque "siempre es perdedora, que es una derrota para todos".
Así lo dijo el Santo Padre este 17 de octubre ante numerosos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro por el rezo del Ángelus dominical.
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El Pontífice lamentó que "la semana pasada se produjeron varios atentados, por ejemplo, en Noruega, Afganistán e Inglaterra, que causaron numerosos muertos y heridos" por lo que expresó sus "condolencias a las familias de las víctimas".
"Les pido, por favor, que abandonen el camino de la violencia, que siempre es perdedora, que es una derrota para todos. Recordemos que la violencia engendra violencia", advirtió el Papa.
En varias ocasiones el Papa ha dicho públicamente que está rezando por la crisis en Afganistán.
Oraciones por Afganistán
El domingo 5 de septiembre pidió oraciones por todos los afganos para que "ya sea en casa, en tránsito o en los países de acogida, vivan con dignidad, en paz y fraternidad".
En esa ocasión, el Papa pidió oraciones "en estos tiempos difíciles" por los afganos que buscan refugio, en particular, "por los más vulnerables entre ellos".
"Rezo para que muchos países acojan y protejan a quienes buscan una nueva vida. Rezo también por los desplazados internos, para que tengan la asistencia y la protección que necesitan", indicó el Papa.
Además, el Santo Padre pidió "que los jóvenes afganos reciban educación, un bien esencial para el desarrollo humano"
Previamente, después del rezo del Ángelus del 15 de agosto, el Papa Francisco solicitó rezar por la población de Afganistán "recen conmigo al Dios de la paz para que cese el sonido de las armas y que las soluciones se puedan encontrar en la mesa del diálogo".
"Sólo así la martirizada población de aquel país, hombres, mujeres, ancianos y niños, podrá regresar a sus casas, vivir en paz y seguridad en el pleno respeto recíproco", dijo entonces el Santo Padre.
Los talibanes gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001, año en que fueron desalojados del poder por las tropas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN por cubrir a Osama bin Laden y a su organización terrorista Al Qaeda, responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Después de 20 años de presencia militar, las tropas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN dieron por terminadas sus operaciones militares en Afganistán e iniciaron su retirada. La salida de las tropas internacionales mostró una absoluta falta de preparación del gobierno afgano para controlar el país.
El vacío de poder fue aprovechado por los talibanes para iniciar una ofensiva que, en pocas semanas, ha desmantelado al ejército afgano y que les ha permitido conquistar prácticamente todo el territorio.