El presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores
y arzobispo de Boston (Estados Unidos), el Cardenal Seán Patrick O'Malley OFM Cap, expresó su dolor y pidió perdón a quienes han sufrido abusos en Francia en las últimas décadas.
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Así lo indicó el Purpurado ante la reciente publicación del informe de la comisión independiente sobre los abusos sexuales en la iglesia católica en Francia (CIASE) encargada de evaluar la amplitud del fenómeno de las agresiones sexuales y la violencia contra los menores a partir de 1950, informe que es "una nueva llamada de atención a la Iglesia de todo el mundo para que la salvaguardia y la protección de los niños y los adultos vulnerables sea nuestra máxima prioridad".
"En nombre de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, expreso nuestro profundo dolor y pido humildemente perdón a todos los perjudicados por estos crímenes y violaciones reprobables de la dignidad humana", indicó.
En esta línea, la autoridad vaticana destacó que en la Pontificia Comisión para la Protección de Menores "estamos comprometidos con la defensa enérgica de los derechos de los supervivientes, y con la educación para la prevención de los abusos, la transparencia, la responsabilidad y la tolerancia cero" y añadió "nos queda un largo camino por recorrer para hacer frente a los abusos en nuestra Iglesia y en la sociedad en general. No nos cansaremos de recorrerlo".
Sobre este informe solicitado por la Conferencia Episcopal de Francia, el Cardenal O'Malley dijo que muestra "los fallos de la dirección de la Iglesia y de los responsables del cuidado y la protección de los fieles" y afirmó que "esta historia de abusos incontrolados que se extiende a lo largo de generaciones desafía nuestra comprensión de cómo personas inocentes han podido sufrir tan terriblemente y sus voces han sido ignoradas durante tanto tiempo".
"Es incuestionable que los líderes de la Iglesia, trabajando en colaboración con las autoridades civiles y las fuerzas del orden, no deben fallar en el compromiso de buscar la curación y la justicia para los supervivientes", dijo.
En esta línea, el Purpurado señaló que "las amplias medidas esbozadas por los dirigentes de la Iglesia en Francia a principios de este año, que proporcionan una expresión concreta de cómo la 'cruel indiferencia' que los supervivientes experimentaron en la Iglesia puede convertirse en atención y protección, deben ser acogidas con satisfacción e incorporadas a todos los niveles de autoridad".
"La Iglesia en Francia ha dado los primeros pasos necesarios para hacer frente a la lacra de los abusos sexuales encargando este informe", describió el Cardenal O'Malley.
De este modo, la autoridad vaticana recordó que el Papa Francisco ha insistido en que "no hay absolutamente ningún lugar en el ministerio para quienes abusan de menores o adultos vulnerables" por lo que añadió "no podemos permitir que un superviviente no sea reconocido o que una persona esté en peligro de sufrir abusos por parte de un miembro de la Iglesia".
Finalmente, el Cardenal O'Malley señaló que "nuestros pensamientos y oraciones están con los supervivientes de los abusos sexuales" y lamentó "profundamente todo lo que los supervivientes han soportado a causa de las acciones destructivas de algunos miembros de la Iglesia".
Este informe es "una nueva llamada de atención a la Iglesia de todo el mundo para que la salvaguardia y la protección de los niños y los adultos vulnerables sea nuestra máxima prioridad".
Por su parte, el Papa Francisco expresó su dolor y tristeza y dijo que se trata de "una vergüenza".
"Me gustaría expresar a las víctimas mi tristeza y dolor por el trauma que han sufrido. Y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza por el hecho de que la Iglesia, durante demasiado tiempo, no les haya colocado en el centro de sus preocupaciones asegurándoles mis oraciones", lamentó el Papa durante la Audiencia General del 6 de octubre.