El Papa Francisco hizo un llamado a los cristianos mantenerse en la libertad que Cristo otorgó por medio de su muerte y resurrección.
En la catequesis que pronunció este miércoles 6 de octubre durante la Audiencia General que celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre señaló que "la libertad es un tesoro que se aprecia realmente solo cuando se pierde".
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"Para muchos de nosotros, acostumbrados a vivir en la libertad, a menudo aparece más como un derecho adquirido que como un don y una herencia para custodiar", señaló el Pontífice. "¡Cuántos malentendidos entorno al tema de la libertad, y cuántas visiones diferentes se han enfrentado a lo largo de los siglos!".
El Papa apoyó sus enseñanzas en la Carta de San Pablo a los Gálatas, donde se explica que "el apóstol no podía soportar que esos cristianos, después de haber conocido y acogido la verdad de Cristo, se dejaran atraer por propuestas engañosas, pasando de la libertad a la esclavitud: de la presencia liberadora de Jesús a la esclavitud del pecado, del legalismo".
En ese sentido, advirtió que "también hoy el legalismo es un problema nuestro, de tantos cristianos que se refugian en el legalismo". En cambio, "el cristiano es libre, debe ser libre. No regreséis a ser esclavos de preceptos de fuerzas extrañas".
Por tanto, Pablo "invita a los cristianos a permanecer firmes en la libertad que han recibido con el bautismo, sin dejarse poner de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Pablo es justamente celoso con la libertad".
Hizo hincapié en que "una predicación que tuviera que excluir la libertad en Cristo nunca sería evangélica. Nunca se puede forzar en el nombre de Jesús, no se puede hacer a nadie esclavo en nombre de Jesús que nos hace libres".
"Pero la enseñanza de San Pablo sobre la libertad es sobre todo positiva". La llamada de Pablo es, sobre todo, "a permanecer en Jesús, fuente de la verdad que nos hace libres. La libertad cristiana se funda sobre dos pilares fundamentales: primero, la gracia del Señor Jesús; segundo, la verdad que Cristo nos desvela y que es Él mismo".
La libertad, en primer lugar, "es don del Señor. La libertad que los gálatas han recibido, y nosotros como ellos, es fruto de la muerte y resurrección de Jesús".
"Precisamente ahí donde Jesús se ha dejado clavar, Dios ha puesto la fuente de la liberación radical del hombre. Esto no deja de sorprendernos: que el lugar donde somos despojados de toda libertad, es decir la muerte, puede convertirse en fuente de la libertad. ¡Pero este es el misterio del amor de Dios!".
"Jesús lleva a cabo su plena libertad al entregarse a la muerte; Él sabe que solo de esta manera puede obtener la vida para todos".
El segundo pilar de la libertad es la verdad. "También en este caso es necesario recordar que la verdad de la fe no es una teoría abstracta, sino la realidad de Cristo vivo, que toca directamente el sentido cotidiano y general de la vida persona"l.
El Papa Francisco destacó "cuánta gente que no ha estudiado, que ni siquiera sabe leer ni escribir, pero ha comprendido bien el mensaje de Cristo. Tienen esa sabiduría que les hace libres. Sin estudios. Pero tiene la sabiduría de Cristo que ha entrado por medio del Espíritu Santo en el bautismo. Cuántos humildes, cuánta gente encontramos que vive la vida de Cristo más que los grandes teólogos, por ejemplo, que son un testimonio grande de la libertad del Evangelio".
Porque "la libertad hace libres en la medida en la que transforma la vida de una persona y la orienta hacia el bien".
Por último, el Papa invitó a dejarse crear inquietud por el Espíritu. Aseguró que la inquietud es una palabra muy cristiana porque "es señal de que el Espíritu Santo está trabajando dentro de nosotros. Y la libertad es una libertad activa, con la gracia del Espíritu Santo".
"La libertad nos debe inquietar, nos debe plantear continuamente preguntas, para que podamos ir siempre más al fondo de lo que realmente somos. Descubrimos de esta manera que el de la verdad y la libertad es un camino fatigoso que dura toda la vida".
"Un camino en el que nos guía y nos sostiene el Amor que viene de la Cruz: el Amor que nos revela la verdad y nos dona la libertad. Y este es el camino de la felicidad. La libertad nos hace libres, nos hace alegres, nos hace felices", concluyó el Papa Francisco.