El P. Thomas More Garrett, sacerdote dominico que escribe en el National Catholic Register, compartió la historia y algunas reflexiones por los 175 años de las apariciones marianas de la Virgen de la Salette, que en 1846 se apareció y lloró en Francia.
Las lágrimas son misteriosas. Si bien "se elevan en el corazón y se juntan en los ojos", su propósito y causa siguen siendo temas de curiosidad y estudio científico. También las apariciones marianas están empapadas de misterio. ¿Por qué unos pocos experimentan fenómenos inexplicables donde otros no ven nada?
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Hace poco se celebró el 175 aniversario de un misterioso encuentro entre dos niños campesinos franceses y una mujer llorando.
El 19 de septiembre de 1846, Mélanie Mathieu y Maximin Giraud informaron haberse encontrado con una dama sentada en la ladera de una pequeña aldea en los Alpes franceses con el rostro cubierto por sus manos. La "bella dama", como la describían los niños, lloraba desconsoladamente.
¿Cuáles fueron las razones de sus lágrimas? Cuando los niños se acercaron a la dama para preguntarle, la mujer habló de dos grandes causas que alejan a la gente de su Hijo: la blasfemia y el descuido del día del Señor.
Como en muchas otras apariciones, María no se presentó de manera explícita a los videntes, sino que su identidad siguió siendo un misterio hasta que el contexto y el propósito de su discurso revelaron lo que no se dijo.
Mientras continuaba su conversación con los niños, la mujer que lloraba expresó su profunda preocupación por los bancos vacíos en la Misa del domingo y la actitud irreverente de los presentes.
Muchos elegían el trabajo u otras actividades en lugar del culto. Peor aún, aquellos que se inclinaban a saltarse la Misa dominical reemplazaban las palabras de la oración con el uso en vano del nombre de su Hijo Jesús.
Después de dar a conocer su afecto y sentimientos a los pequeños, la mujer transmitió la esperanza de que su mensaje conmovería a muchas almas para restaurar la relación con su Hijo a través de una asistencia más fiel a la Misa.
Si bien Lourdes y Fátima la eclipsaron en popularidad, difícilmente hay un mensaje más relevante para el día de hoy que el de La Salette.
Durante los últimos años en Estados Unidos y Europa, en cada encuesta se puede apreciar el aumento de los individuos que se describen a sí mismos como personas sin afiliación religiosa.
Los ex católicos constituyen un gran porcentaje de esta población que sigue creciendo. La evidencia reciente muestra que este grupo ha crecido no solo entre la generación más joven sino también entre los mayores.
En todo el sur de Francia, el único encuentro de los dos niños campesinos con la mujer llorando provocó una respuesta pronunciada entre los fieles que resonó en toda la región cuando las iglesias volvieron a su capacidad.
Este 175 aniversario de la aparición en La Salette es un momento oportuno para renovar la atención al sencillo mensaje de la dama para que resuene ahora en nuestro siglo.
Los caminos de Dios son un misterio, pero su preocupación por su pueblo no lo es.
Resaltar el aniversario de La Salette transmitiendo su llamado a regresar a la celebración de la Misa es una forma de ayudar a generar una respuesta fructífera a las lágrimas celestiales.
El P. Thomas More Garrett, es un sacerdote dominico en el Providence College, donde trabaja como vicepresidente asociados y consejero general asociado. También enseña algunos cursos de leyes y negocios.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en el National Catholic Register