El Papa Francisco describió cómo será la batalla final entre el ejército de ángeles, comandado por el arcángel San Miguel, y el diablo, según se narra en el libro del Apocalipsis.
El Santo Padre recordó que San Miguel estará "con la espada matando al diablo, matando a la bestia. Así será el fin del mundo: cuando se producirá la victoria definitiva de Dios sobre el mal y estará él guiando al ejército de ángeles en esa lucha final".
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En la homilía que pronunció el sábado 2 de octubre en la Misa que celebró en la Gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos para el Cuerpo de la Gendarmería Vaticana con motivo de la festividad de su patrono, San Miguel Arcángel, que tuvo lugar el 29 de septiembre, el Papa se preguntó: "¿Por qué la gente se pelea?".
El Santo Padre recordó que Dios realizó la Creación con armonía: "Todo es armónico, todo está en equilibrio, pero en un equilibrio no matemático: un equilibrio humano".
Sin embargo, "después de esta armonía, donde el hombre se encuentra con la mujer y son una sola carne, sucede algo: la serpiente seduce. Y esa armonía entre el hombre y la mujer se destruye".
"Siempre hay una serpiente, es decir, el diablo. El diablo siempre actúa contra el hombre por envidia. La destrucción de nuestra armonía es obra del diablo", hizo hincapié.
Por envidia, la serpiente, el diablo, trata de destruir toda la armonía que existe en las relaciones humanas y de ahí surgen "tantas enemistades, tantas guerras que rompen la armonía. Esa es la obra del diablo".
"Esa es la 'misión' del diablo: destruir la armonía, destruir la belleza que Dios ha hecho para nosotros. Y para eso vino Jesús, para dar su propia vida para resolver este problema y vencer al diablo en la cruz".
El Pontífice invitó a preguntarse "cuántas veces padecemos inquietud, problemas, perdemos el equilibrio, perdemos la paz, perdemos la armonía. Cuántas veces la gente se grita, nos gritamos uno a otro y se pierde la paz. La gente no escucha al otro y se pierde la paz".
"¿Quién siempre todo esto?", continuó el Pontífice: "El diablo. Las guerras son fruto del diablo, no tengo miedo de decirlo. Tal vez alguno podría decirme: 'Pero eso, padre, es demasiado anticuado'. No, es la verdad, y la verdad no es ni moderna ni anticuada, es la verdad".
El Papa continuó: "El enemigo de la naturaleza humana, ese es el diablo. ¿Por qué? Por envidia. La Biblia dice que con el diablo entró en el mundo la envidia que destruye, que nos separa a unos de otros".
Sin embargo, recordó que "para defendernos, Dios nos dio a los ángeles que nos acompañan. Y el jefe de los ángeles es San Miguel", quien "combate la última batalla contra el diablo", como se lee en el libro del Apocalipsis.
En ese sentido, el Papa invitó a rezar a San Miguel y a meditar delante de la imagen del Arcángel derrotando al diablo: "No podemos olvidarnos de rezarle. Y también a ese ejército de ángeles que tiene un jefe valiente, que es San Miguel".
El Santo Padre invitó a pensar también "en nuestra lucha de cada día: todos los días debemos luchar. Porque no es fácil vivir hoy, no es fácil la vida cristiana: siempre hay dificultades". Por ello, pidió rezar a San Miguel, para "que venza siempre al diablo, que es el causa las divisiones, el que siembre envidia".