Durante el Angelus de este domingo, el Papa Juan Pablo II denunció las situaciones trágicas en las que viven millones de niños en el mundo, especialmente aquellos que viven en zonas de conflicto.
Al recordar que el Mensaje Cuaresmal de este año ha invitado al mundo a reflexionar sobre la situación de la infancia, el Pontífice recordó a los pequeños enfermos de SIDA, que viven en condiciones de hambre o pobreza extrema, y que carecen de derechos elementales como la educación.
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“En algunos lugares del mundo, especialmente en los países más pobres, existen niños y adolescentes víctimas de una horrible forma de violencia: son enrolados a luchar en los así llamados ‘conflictos olvidados’”, dijo el Papa, al recordar que ellos sufren “una doble y escandalosa agresión: se los hace víctimas y al mismo tiempo protagonistas de la guerra, arrastrándolos al odio de los adultos”, agregó.
“Estos hermanos –continuó el Santo Padre-, ven su futuro amenazado por un mal difícil de apartar”.
Juan Pablo II señaló que estos niños “lanzan al mundo un angustioso llamado”, “¡Que su grito de dolor no quede sin ser escuchado!”, agregó.
El tiempo cuaresmal impulsa a los cristianos a una acogida más generosa de las palabras evangélicas para traducirlas en valientes intervenciones a favor de la infancia en riesgo y abandonada”, concluyó.