Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), recordó en su carta semanal la importancia de la "inclusión universal" ya que "no hay horizonte más inclusivo que el horizonte católico, pues católico significa todas las personas y en todas sus dimensiones".
"En el plan de Dios estamos incluidos todos y llamados todos a la plenitud, a la santidad plena. Dios no descarta a nadie, y si por alguno tiene preferencia es por el más pobre, por el que haya tenido menos oportunidades en su vida, por el que la sociedad haya marginado, por el que se queda atrás", asegura el Prelado.
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Mons. Fernández recuerda en su carta que este domingo se celebra la Jornada del migrante y refugiado con el lema "Hacia un 'nosotros' cada vez más grande".
Una inclusión universal que, según aseguró el Obispo de Córdoba, "viene constituida por el misterio de la Encarnación, por la que el Verbo encarnado se ha unido de alguna manera con cada hombre, construyendo una solidaridad universal sellada con la sangre de la Cruz. La sangre redentora de Cristo ha superado con creces toda división y exclusión. Un corazón católico es un corazón inclusivo".
Por eso recordó que "la exclusión de los débiles embrutece las sociedades avanzadas; pensemos en los niños abortados, porque estorban, o en los ancianos eutanasiados, porque molestan. La exclusión del extranjero descabala las sociedades envejecidas del primer mundo. La actitud excluyente hace daño al hombre".
Y afirmó que "la inclusión a la que nos llama Jesucristo" y que se recuerda hoy en la Jornada del migrante y refugiado "considera al otro como un tú, y la postura católica es caminar hacia un nosotros cada vez más grande, donde el otro también cabe".
Aunque "la regulación política de los flujos migratorios corresponde hacerla a los dirigentes de las naciones y de los pueblos. Y es un asunto complicado", el Prelado animó a rezar en esta jornada "por todas esas decisiones que se toman a distintos niveles, y en las que están en juego millones de personas".
E insistió en que "la actitud primera ante este fenómeno, la actitud que nos inspira la Palabra de Dios es la actitud de acogida, y en caso de duda la balanza debe inclinarse siempre a la inclusión".
Por eso aseguró que "está en juego una fraternidad universal", que el Papa Francisco recordó en la encíclica Fratelli tutti en donde "marca pautas para esta visión global en la que todos somos hermanos, porque hijos del mismo Padre del cielo".
"Formamos todos una única familia humana, en la que nadie debe ser excluido, si queremos contribuir al equilibrio y la paz universal", destacó el Prelado e insistió en que "la inclusión universal no es una moda, aunque aparece hoy ciertamente como un signo de los tiempos.