Durante su viaje apostólico a Eslovaquia, el Papa Francisco visitará el Santuario Nacional de Šaštin, una basílica dedicada a Nuestra Señora de los Dolores a la que han peregrinado San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta.
El 15 de septiembre, el Santo Padre celebrará la Misa en el santuario, una de sus últimas actividades durante este viaje apostólico antes de regresar a Roma.
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La Basílica que recibirá al Pontífice alberga una imagen de Nuestra Señora de los Dolores, cuya historia se remonta a 1564, cuando Angelika Bakič, una mujer que sufría a causa de su esposo, el aristócrata húngaro Imarich Czobor, pidió un favor a la Virgen.
Según señala Vatican News, el sitio web informativo del Vaticano, Czobor tenía una discusión con su esposa cuando decidió empujarla a la carretera mientras viajaban en carruaje y abandonarla.
Bakič prometió a la Virgen María que le erigiría una estatua si su esposo cambiaba, y milagrosamente el hombre regresó, le pidió perdón y desde ahí mejoró su comportamiento.
La mujer mantuvo su promesa y construyó la estatua de la Virgen María a un lado del camino donde fue abandonada. La imagen se convirtió en un sitio popular de peregrinaje y pronto se erigió en el lugar una capilla.
En su página oficial, el Santuario señala que se registraron curaciones milagrosas, por lo que, en 1732, el entonces Arzobispo de Esztergom (Hungría), Mons. Imre Esterházy, creó una comisión para investigar los 726 casos documentados de sanaciones.
El 10 de noviembre de ese mismo año, con la participación de sacerdotes y 20 mil peregrinos, se celebró una Misa donde se reconoció el valor milagroso de la imagen.
En 1736, se inician los trabajos de construcción de la actual basílica de estilo barroco, y 26 años más tarde se consagró la iglesia en presencia de la emperatriz María Teresa de Austria, que contribuyó económicamente en la edificación del santuario, y su esposo, Francisco I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Bajo el comunismo, la iglesia se convirtió en cuartel para soldados en un intento de sofocar la devoción del país a Nuestra Señora de los Dolores. Tras la caída del régimen en la década de 1990, el santuario experimentó una renovación como lugar de peregrinaje para los católicos de Eslovaquia y visitantes del extranjero.
En 1964, el Papa Pablo VI elevó el santuario nacional a basílica menor y 23 años después, en 1987, Santa Teresa de Calcuta visitó la iglesia, acompañada del entonces Obispo de Trnava, Mons. Ján Sokol.
San Juan Pablo II también visitó la Basílica en 1995, durante el segundo de sus tres viajes que realizó a Eslovaquia como Papa. El Santo Padre ofreció una Misa frente al Santuario para 200 mil personas.