La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) resaltó cómo el COVID-19 ha afectado al trabajo de los agentes pastorales, y señaló algunas consecuencias que dejará la pandemia a largo plazo cuando el coronavirus sea algo del pasado.
En un comunicado, la fundación indicó que muchas organizaciones han sufrido un impacto significativo "en sus actividades diarias y en sus relaciones con los socios de los proyectos" como consecuencia de la pandemia, donde ACN no ha sido la excepción.
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"Las medidas de aislamiento que fueron necesarias para detener la propagación de la pandemia, lamentablemente, también causaron una disminución significativa de las actividades pastorales regulares de los socios de proyectos de ACN en todo el mundo", lamentó.
La directora de proyectos de ACN Internacional, Regina Lynch, indicó que en comparación con 2019, en 2020 se experimentó "un descenso del 20% en la entrada de solicitudes de apoyo a proyectos".
Además, resaltó que fue necesario centrar su atención a proyectos específicos que eran urgentes, "como el apoyo a los estipendios de Misa, el envío de ayuda asistencial a las religiosas y la supervisión del mantenimiento de los seminaristas".
Frente a la paralización de viajes aéreos que ha afectado a ACN, Lynch resaltó que es importante apreciar con mayor fuerza las visitas de socios de proyectos y el poder "reunirse con ellos en persona".
"Es maravilloso volver a los encuentros cara a cara, es importante que visitemos con frecuencia los lugares más alejados para conocer de verdad su situación y poder ofrecerles ánimos personalmente. Nuestros socios del proyecto aprecian mucho que lo hagamos", subrayó.
El coordinador de los departamentos para Europa, Marco Mencaglia, indicó que las "visitas in situ del personal de ACN a los proyectos son mucho más que coordinar y comprobar que todo va según lo previsto" y remarcó que el poder conocer cómo trabajan los socios es "mirar juntos hacia el futuro".
Esto, agregó, también implica "descubrir el plan pastoral y configurar una visión del futuro de la Iglesia local. Comprender los retos a los que se enfrentan implica algo más que escuchar las peticiones, incluye mucho de lo que no se dice y que sólo puede notarse estando presentes en el lugar".
ACN resaltó que la presencia in situ puede ayudar a encontrar soluciones a dificultades apreciables solamente en el lugar, como experimentó la coordinadora de los departamentos de África, Kinga von Schierstaedt, durante una de sus visitas.
Von Schierstaedt señaló que durante el recorrido un socio del proyecto "expresó su tristeza por la falta de dinero para comprar una cruz para una de las capillas de una zona rural".
"Hablando, se nos ocurrió la idea de hacer una cruz con dos ramas. El obispo, que estaba presente, tomó la iniciativa, recogió las ramas del exterior y clavó inmediatamente una cruz en la pared de la capilla. Sólo se puede trabajar conjuntamente en una solución así cuando se está allí, en el lugar, para ver realmente lo que se puede hacer", agregó.
La coordinadora indicó que, si bien las alternativas de comunicación virtual como las conferencias en línea son útiles, no necesariamente "funcionan en todos los países".
"Existe una falta de Internet estable en algunas regiones y muchos lugares carecen incluso de cobertura básica. Además, muchos obispos pasan poco tiempo en la oficina, porque viajan constantemente para interactuar y ayudar a la gente. Esto significa que puede llevar tiempo organizar una reunión adecuada", añadió.
Sin embargo, resaltó que las videollamadas ayudan a ver la cara del interlocutor y familiarizarse con el otro, "pero depender únicamente del audio es limitante, especialmente cuando hay un gran número de personas participando".
El secretario general de ACN, Philipp Ozores, indicó que se esperan efectos a largo plazo en el tema de la comunicación por medios virtuales, como es el uso de herramientas de chat y videoconferencias en línea.
"Se trata de un avance muy positivo. Si se produce una crisis humanitaria repentina y emergente, la información adecuada puede llegar con mucha más rapidez, el debate posterior y la resolución del problema se llevan a cabo casi de forma inmediatamente", señaló.
Ozores resaltó que el creciente uso de medios digitales ha facilitado la comunicación con los socios y benefactores, y remarcó que estas herramientas serán útiles durante "cualquier tipo de crisis de imagen o de gestión para distribuir información adecuada y precisa a los medios de comunicación y al personal".
Lynch indicó que las "plataformas de comunicación a distancia pueden darnos una ventaja a la hora de supervisar los proyectos de construcción", como es el caso de las teleconferencias con proyectos en África, "en la que participaron un obispo y sus ayudantes, el personal del departamento de proyectos de ACN en Europa y un ingeniero colaborador con sede en Norteamérica".
"Fue una experiencia muy buena, nos permitió tener una visión más clara de los datos técnicos del proyecto", remarcó.
Sin embargo, subrayó que su experiencia demuestra "que este tipo de reuniones internacionales deberían limitarse idealmente a solo siete u ocho participantes si queremos tener la oportunidad de un debate fructífero".
ACN señaló que a largo plazo tienen previsto poner prioridad a la comunicación en persona y "las prácticas de trabajo in situ, en la medida en que sea razonablemente posible", sin embargo, no rechazan los beneficios de contar con herramientas digitales.
"Ofrecen una forma de mantenerse en contacto, ayudando a mantener un ritmo más constante y frecuente de intercambio de información, o sirviendo para establecer nuevos contactos más fácilmente. Lo que debe servir de guía es ser conscientes de que tanto ACN como sus socios de proyectos pertenecen a la Iglesia necesitada", subrayó.