El próximo 12 de septiembre será beatificada en Polonia, junto al Cardenal Stefan Wyszyński, la religiosa Madre Elżbieta Czacka, recordada como la "Apóstol de los ciegos y de los alejados de Dios".
Con motivo de esta fiesta para la Iglesia Católica, relatamos a continuación la vida de esta religiosa.
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Primeros años y juventud
Elżbieta Róża Czacka nació el 22 de octubre de 1876 en Biła Tserkva (Ucrania), en el seno de una familia aristocrática donde aprendió la importancia de tener una fe viva y profunda; y también, de servir y trabajar por su patria y la sociedad. A los seis años se mudó con su familia a Varsovia. Desde pequeña, Elżbieta recibió una educación completa e integral. Además de dominar cuatro idiomas extranjeros, aprendió economía gracias a su padre.
A los 22 años Elżbieta perdió la vista para siempre, tras caerse de un caballo. Sin embargo, a diferencia de muchas personas, vio su discapacidad como una señal de Dios; y decidió servir a los invidentes, tanto a los ciegos corporales como a los "ciegos espirituales". Siguiendo el consejo de un oftalmólogo, se dedicó a la causa de los ciegos en Polonia, pues esta comunidad era privada de apoyo social. Durante 10 años aprendió sobre el mundo de las personas ciegas.
Elżbieta visitó centros para ciegos en Francia, Bélgica, Austria, Suiza y Alemania; conoció experiencias con invidentes en revistas y libros especializados ingleses y americanos; y aprendió braille. Luego, se dedicó de forma intensa a su rehabilitación para lograr la máxima independencia posible.
En 1908, Elżbieta comenzó a servir a los ciegos que vivían en Varsovia. Visitó las casas de las personas invidentes y los hospitales donde eran atendidas las personas a las que recién se les diagnosticaba la pérdida de la visión. Además, les enseñaba braille y manualidades, y ayudaba a los que tenían menos recursos económicos.
Luego f
undó un albergue para niñas ciegas, donde les enseñó cestería, costura y tejer sillas. Con el tiempo logró que se construya una casa para ancianas ciegas, y un taller de educación y trabajo para los invidentes que llegaban a la ciudad.
Su objetivo principal era devolver la dignidad a los ciegos y difundir que, con el debido cuidado, una persona invidente puede valerse por sí misma y ser útil para la sociedad.
En 1911, Elżbieta obtuvo la aprobación de las autoridades zaristas y fundó la Sociedad para la Protección de los Ciegos, para establecer en Varsovia un orfanato para niños, una escuela primaria, talleres, una biblioteca en braille, y un mecenazgo de servicio a los invidentes en la ciudad.
En 1915 viajó a Volhynia, pero su ingreso fue bloqueado por las hostilidades. Luego, logró instalarse en Żytomierz, donde realizó obras de caridad como preparación para iniciar su vida religiosa.
Vida religiosa y obra social
El 19 de noviembre de 1917 recibió el hábito y pronunció sus votos, tomando el nombre de Sor Elżbieta de la Cruz. En 1918 regresó a Varsovia como religiosa, y el 1 de diciembre de ese año fundó la Congregación de las Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz.
Si bien el carisma de la Congregación fundada por la religiosa fue vista con escepticismo por algunos, recibió la aprobación y el apoyo del entonces Arzobispo metropolitano de Varsovia, Mons. Aleksander Kakowski. Además, tuvo la estima del Nuncio Apostólico de la época, Mons. Achille Ratti, el futuro Papa Pío XI.
En los primeros años de la independencia de Polonia, cuando Varsovia estaba sumida en la pobreza, la Madre Czacka emprendió una obra para niños y adultos ciegos que se desarrolló de forma intensa entre 1920 y 1930.
Desde 1923, el llamado Departamento de Ciegos de Laski se convirtió en el centro de actividades educativas para ciegos y del desarrollo de la tiflología, ciencia que estudia sobre las personas con discapacidad visual, para desarrollar soluciones para su plena integración laboral, social y cultural.
La comunidad de Laski se convirtió al mismo tiempo en un centro de espiritualidad para Sor Elżbieta. El P. Wladyslaw Kornilowicz guió espiritualmente a la congregación y a los laicos de la obra. Por iniciativa del sacerdote se fundó una casa de retiro en Laski, que hasta hoy funciona; la Biblioteca de Conocimientos Religiosos y la editorial "Verbum", que ofrece valiosas obras de espiritualidad y filosofía.
A través del trabajo pastoral del sacerdote, la Madre Czacka pudo realizar plenamente su deseo de implicar a las hermanas y a los ciegos físicos no sólo en la expiación de la ceguera espiritual del mundo, sino también en el apostolado activo y el servicio a los "ciegos espirituales", es decir, a los perdidos y a los que buscan. También condujo a los no creyentes y a los seguidores de otras religiones hacia Dios.
El ambiente en Laski era tan espiritual, que el destacado filósofo y teólogo tomista suizo, Charles Journet, que más tarde llegó a ser cardenal, dijo durante una de sus visitas que en ese rincón de Polonia encontró una "iglesia verdaderamente franciscana, pobre hasta la indigencia pero desbordante de caridad, [...] maravillosamente respetuoso de los deseos del Sumo Pontífice y de las exigencias de la liturgia, pero admirablemente libre de toda clase de formalismos".
En 1937, la Madre Czacka fue recibida en audiencia por el Papa Pío XI, quien cuando era Nuncio Apostólico en Varsovia dio a la fundadora valiosos consejos y orientaciones. El Pontífice escuchó atentamente su relato sobre el desarrollo de la obra y la bendijo.
Lamentablemente, la Segunda Guerra Mundial interrumpió drásticamente el desarrollo de la obra de la Madre Czacka. Durante el bombardeo de Varsovia en septiembre de 1939, la religiosa resultó herida y perdió un ojo. Un mes después, regresó a Laski para liderar la reconstrucción de una fábrica, una de las tantas infraestructuras destruidas por los alemanes.
Durante su estancia, la religiosa mostró amor a todos los que necesitaban ayuda, ignorando la aversión nacional hacia los alemanes. Además, en colaboración con los capellanes de la época: el P. Jan Zieją y más tarde el P. Stefan Wyszyński, que llegó a ser Cardenal y se hizo su gran amigo, el Departamento de Ciegos de Laski brindó apoyo a las unidades del Ejército Nacional ubicadas en el Bosque de Kampinos. Cabe destacar que antes del Levantamiento de Varsovia, la religiosa decidió organizar un hospital insurgente para los heridos.
En 1948, la Madre Czacka sufrió su primera apoplejía, y en 1949, debido a su enfermedad, entregó el cargo de superiora general; sin embargo, siguió sirviendo a la congregación y la obra durante diez años más, principalmente con sacrificio y oración. El 15 de mayo de 1961 la religiosa falleció en su habitación, ubicada al lado de la capilla de Laski.
El 22 de diciembre de 1987 inició su proceso de beatificación a nivel diocesano. En 1995 se entregaron sus expedientes a la Congregación para las Causas de los Santos. El 9 de octubre de 2017, el Papa Francisco aprobó el decreto sobre la vida y virtudes heroicas de la religiosa. El 27 de octubre de 2020, el Santo Padre reconoció el milagro atribuido a la intercesión de Madre Czacka. La religiosa será beatificada el 12 de septiembre en el Templo de la Divina Providencia, en Varsovia.