Durante el foro sobre “La Pasión de Cristo” organizado por el Movimiento de Vida Cristiana en Denver, diversos panelistas concluyeron que el poder de la película está en su capacidad de ayudar a las personas a entender que su sufrimiento personal, cuando está unido a Cristo, es un camino de autoconocimiento y de una mayor intimidad con Dios.
El primer panelista fue Fr. Andreas Hoeck, profesor de Sagrada Escritura en el Seminario Teológico San Juan María Vianney en Denver, quien trató el tema del sufrimiento desde una perspectiva bíblica, concretamente desde el Antiguo Testamento.
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Hoeck explicó cómo en el libro de Génesis, el sufrimiento es visto como consecuencia del pecado, y en Ezequiel, como un castigo por los pecados cometidos. Asimismo, resaltó que la visión del sufrimiento en la escritura hebrea es muy importante para entender mejor los padecimientos de Cristo.
“El sufrimiento encuentra todo su significado en la persona de Cristo” que sufrió por el perdón de los pecados de la humanidad, afirmó Hoeck y agregó que la Pasión de Jesús y su muerte fueron la mayor expresión del amor de Dios.
Asimismo, Mimi Eckstein –director del Respect Life Office de la Arquidiócesis de Denver– analizó la película de Mel Gibson desde su perspectiva psicológica y resaltó su impacto en la concepción del sufrimiento pues afecta al espectador evocando “compasión, respeto e incluso miedo”.
“Los psicólogos modernos por su cuenta, sin la fe, no pueden dar una respuesta efectiva al problema del sufrimiento humano”, explicó.
Por su parte, Francis Maier –canciller de la Arquidiócesis– destacó que la belleza de la película es que “te da una prueba íntima de que el sufrimiento es un camino para algo mucho mayor”.
Finalmente, el director del St. Malo Retreat and Conference Center, José Ambrozic, trató el sentido general del sufrimiento. Aunque las personas tienden a huir del sufrimiento –afirmó–, una solución al “problema” sólo puede ser encontrada “al entender el lugar que el sufrimiento tiene en nuestras vidas”.