Tras calificar al aborto como "el desafío de derechos humanos más urgente de nuestro tiempo", el Arzobispo Salvatore J. Cordileone mencionó la excomunión de prominentes segregacionistas católicos a principios de la década de 1960 como un ejemplo de una respuesta legítima a los políticos católicos que apoyan "un gran mal moral".
En un artículo de opinión publicado en el Washington Post el domingo 5 de septiembre, el líder de la Arquidiócesis de San Francisco (Estados Unidos) rechazó las recientes declaraciones de políticos católicos que denunciaron la nueva ley estatal en Texas que prohíbe los abortos después de seis semanas de embarazo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El artículo de opinión no menciona a ningún político por su nombre, y no llega a defender la excomunión de ningún político a favor del aborto en específico. El presidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que viven en la Arquidiócesis de San Francisco, se encuentran entre los líderes políticos católicos que se han manifestado enérgicamente contra la ley de Texas.
En su artículo de opinión, Mons. Cordileone establece un paralelo entre la política del aborto de hoy y la discriminación racial institucional que existía en los Estados Unidos a mediados del siglo XX.
Citó específicamente el ejemplo del Arzobispo Joseph Rummel, un defensor de los derechos civiles que dirigió la Arquidiócesis de Nueva Orleans de 1935 a 1964.
"Rummel no 'se mantuvo en su carril'. A diferencia de otros obispos a lo largo de la historia de este país, no dio prioridad a mantener felices a los feligreses y al público antes que promover la justicia racial. En cambio, comenzó una campaña larga y paciente de persuasión moral para cambiar las opiniones de los católicos blancos pro-segregación", escribió Mons. Cordileone.
La campaña del Arzobispo Rummel incluyó la admisión de dos estudiantes negros en el Seminario de Notre Dame de Nueva Orleans en 1948. Tres años después, ordenó la eliminación de carteles "blancos" y "de colores" de las iglesias católicas de su arquidiócesis. En 1953, ordenó el fin de la segregación en la arquidiócesis e integró formalmente las escuelas católicas de Nueva Orleans en 1962.
"Muchos católicos blancos estaban furiosos por esta ruptura del status quo segregacionista arraigado desde hace mucho tiempo. Organizaron protestas y boicots. Rummel envió cartas con paciencia instando a una conversión de corazón, pero también estaba dispuesto a amenazar a los opositores a la desegregación con la excomunión", escribió Mons. Cordileone.
"El 16 de abril de 1962, prosiguió excomulgando a un ex juez, un conocido escritor y un organizador comunitario segregacionista. Dos de los tres más tarde se arrepintieron y murieron católicos en regla", continuó el Arzobispo de San Francisco.
Y añadió: "¿Eso estuvo mal? ¿Eso fue convertir la Eucaristía en un arma? Preguntó el arzobispo Cordileone en el artículo de opinión. No. Rummel reconoció que la promoción pública prominente y de alto perfil del racismo era escandalosa: violaba las enseñanzas católicas fundamentales y los principios básicos de la justicia, y también conducía a otros al pecado".
El arzobispo Cordileone señaló que Texas está proporcionando 100 millones de dólares para financiar centros de embarazo, agencias de adopción y hogares de maternidad, al mismo tiempo que brinda a las madres que desean tener a sus bebés asesoramiento gratuito, ayuda para padres, pañales, fórmula y capacitación laboral.
"No se puede ser un buen católico y apoyar la expansión de un derecho aprobado por el gobierno para matar a seres humanos inocentes. La respuesta a los embarazos en crisis no es la violencia, sino el amor, tanto para la madre como para el niño", escribió.
Concluyó diciendo: "Esto no es inapropiado que lo diga un pastor. En todo caso, la respuesta de los líderes políticos católicos a la situación en Texas destaca la necesidad de que lo digamos más alto".
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.