La Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) advirtió que negarse a la vacunación contra el COVID-19 "sin una argumentación razonable" podría constituir "una falta contra el bien común".
En un comunicado publicado este 30 de agosto, los obispos colombianos señalaron "en el procedimiento de vacunación, que es el medio más eficiente para poder superar juntos la enfermedad, el cristiano debería reconocer un medio concreto para ejercitar el mandamiento del amor al prójimo".
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"Aunque la vacunación -como todo tratamiento farmacéutico- debe ser libre y voluntaria, negarse a este acto solidario, sin una argumentación razonable, en conciencia o razón médica, constituiría una falta contra el bien común", indicaron.
Con cerca de cinco millones de casos confirmados en el país, la pandemia del COVID-19 ha causado más de 124 mil muertes en Colombia. Las autoridades estiman que actualmente hay más de 29 mil casos activos.
El Plan Nacional de Vacunación apunta a lograr que 35 millones de colombianos, alrededor del 70% de la población, estén completamente vacunados para diciembre de 2021.
Hasta el 28 de agosto de este año más de 14,6 millones de colombianos han completado su esquema de vacunación.
En Colombia se están aplicando las vacunas Pfizer-BioNTech, AstraZeneca, Johnson & Johnson (Janssen), Moderna y Sinovac.
Para los obispos colombianos, "el plan de vacunación que se adelanta en nuestro país está logrando mitigar la fuerza expansiva de la pandemia".
"Sin embargo, para lograr resultados definitivos, aún se requiere la colaboración de muchos", aseguraron.
"Por esto, los obispos católicos de Colombia invitamos a todos los fieles a seguir cooperando -cada uno según sus posibilidades y con los medios a su alcance- en la resolución de la actual crisis sanitaria, que todo lo afecta", añadieron.
Los obispos colombianos subrayaron que "mientras se mantengan las circunstancias actuales de peligro grave, para el creyente es moralmente aceptable recibir la vacuna que esté disponible, aun cuando pudiera subsistir en ciertos casos algún cuestionamiento ético respecto a su desarrollo y producción".
Además, alentaron a los fieles colombianos a "cooperar en la solución de la crisis generando confianza, que es el principal factor de cohesión social".
Al finalizar su comunicado, los obispos reitaron su llamado "a todos los fieles católicos que todavía no lo han hecho a que, contando con la orientación del propio médico, consideren de manera responsable la opción por la vacunación y ayuden a que otros también lo hagan".
La Iglesia Católica y las vacunas contra el COVID-19
La controversia por algunas vacunas, en cuyo desarrollo se habrían utilizado líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos realizados en el siglo pasado, tiene alcances morales y éticos sobre los que la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano se ha pronunciado, señalando que "la vacunación debe ser voluntaria".
En una nota difundida en diciembre de 2020, la Congregación para la Doctrina de la Fe señaló que "pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas".
"Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas", precisó.
Además, el dicasterio vaticano subrayó que "la vacunación no es, por regla general, una obligación moral".