Mons. Juan José Aguirre, Obispo de la diócesis de Bangassou (República Centroafricana), es misionero Comboniano y lleva más de 40 años en el país luchando por llevar el Evangelio a todas las personas que sufren el horror de la guerra y la pobreza.
La Archidiócesis de Barcelona (España) recoge su testimonio y recuerda que este "hombre de paz" se ha jugado la vida incontables veces para defender los derechos, la vida y la dignidad de su pueblo.
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En un mensaje de vídeo, el Prelado explica que "la vida misionera es una moneda con dos caras. En la primera cara se lee evangelización y en la segunda, promoción humana".
Según destacó Mons. Aguirre, el pueblo de República Centroafricana es muy religioso, "vienen mucho a la iglesia, los domingos si no llegas con tiempo, te quedas sin sitio".
Desde la Archidiócesis de Barcelona destacan que el principal motivo por el que hay tanta vida parroquial es porque se saben queridos y protegidos y queridos por la Iglesia y por sus sacerdotes.
Sin embargo, también ha sido un pueblo duramente golpeado por la guerra, que lleva más de 5 años sin dar tregua.
"La gente está aquí porque nos hemos quedado, muchas ONGs se han ido. Pero los religiosos y los católicos nos hemos quedado. Cuando nos han robado todo, no nos han robado la fe y esto ha hecho que la gente venga a las parroquias, a los cursos de confirmación y se lo tomen con empeño. Y entran en grupos parroquiales para crecer en la fe", aseguró.
Además destacan que esta iglesia sencilla y humilde no deja nunca de confiar y creer en un Dio que es Padre y los ama. Para ellos, la respuesta de Dio a las oraciones por los sufrimientos son "todas estas personas que viene de otros países para ayudarnos y consolarnos en nuestra situación" y destacan que "no perdemos la fe gracias a tener al lado a gente que, a pesar de la desgracias y horrores que les ha tocado vivir, no dejan de ir a la parroquia a rezar ya pedir ayuda. Entre todos nos ayudamos para seguir confiando y creyendo que el Amor acabará triunfando".
Además Mons. Aguirre recordó que muchos de ellos aseguran que "católico nací, y católico moriré".
"Así es la Iglesia en Bangassou, que va creciendo poco a poco con la gracia de Dios", apuntó.