El P. Eduardo Hayen Cuarón, director del semanario Presencia de la Diócesis de Ciudad Juárez (México), advirtió recientemente que cuando el arte se aleja de Dios, "no puede ser más que feo".
En su artículo "Malestar del arte contemporáneo", el P. Hayen Cuarón recordó una visita a la ciudad mexicana de Monterrey, donde asistió a una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo.
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"Después de recorrer las salas donde el autor expone su arte a través de imágenes fotográficas, videos, películas, textos, instalaciones de audio y letreros, confieso que la exposición no me dejó ninguna emoción estética; al contrario, terminé con una sensación de malestar existencial y un sentido de vacío", dijo.
A diferencia de esto, el P. Hayen Cuarón señaló que cuando se contemplan obras de arte renacentista "o se visitan templos católicos que albergan auténticas joyas artísticas, el espectador sale de esos lugares lleno de admiración, con una sensación de alegría y de paz interior por el encuentro con lo bello y la armonía de las formas".
"El arte, por ser un destello expresivo de la belleza de Dios y de la grandeza de lo que el hombre está llamado a ser, naturalmente comunica gozo espiritual", destacó.
"En cambio, cuando la obra artística deja una sensación de enfado, absurdo y tristeza es porque su inspiración no tiene su origen en el Autor de la belleza, sino únicamente en el mismo hombre", precisó.
El sacerdote mexicano lamentó que "hoy los nuevos dioses son la naturaleza, la tecnología y las máquinas, la anarquía y la nada. El hombre es rebajado a una cosa visible".
"Si en otros tiempos los artistas plasmaban el mundo de Dios y de los santos, hoy emerge el caos -lo demoníaco- para instalarse en el mundo del hombre", expresó.
El P. Hayen Cuarón aseguró que "llegará un día –esperemos que no tarde mucho– en que los seres humanos reconozcamos que nuestro mayor título de gloria es ser criaturas dependientes de Dios".
"Entonces en esa humildad recobraremos nuestra grandeza y los artistas volverán a plasmar, a través de múltiples formas expresivas, la belleza de la vida y la grandeza de ser hombres", finalizó.