Misioneros brasileños en Haití han contado su experiencia luego del terremoto de magnitud 7.2 que devastó el país caribeño el 14 de agosto y que ha dejado destrucción y al menos 1941 muertos.
En declaración a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), la misionera brasileña que trabaja en Haití desde 2014, hermana Sueli Monteiro, señaló que "actualmente estamos tratando de asimilar todo lo que ha sucedido".
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"Fue todo muy rápido, fue una situación muy tensa, solo vimos todo temblar. Entonces nos dimos cuenta de que era un terremoto. Muchas casas destruidas, gente herida", agregó.
La Oficina de Protección Civil de Haití informó que al 18 de agosto se han registrado al menos 1941 fallecidos, 9900 heridos y más de 37 mil viviendas destruidas como resultado del terremoto.
El epicentro del movimiento telúrico tuvo lugar a 12 kilómetros de la ciudad de Saint-Louis-du-Sud, ubicada a unos 160 kilómetros de la capital Puerto Príncipe. Las ciudades de Les Cayes y Jérémie, en el suroeste de la isla, fueron las más afectadas.
La hermana Monteiro es miembro de la Congregación de las Hermanas de Santa Catalina de Alejandría y, con otros seis misioneros, trabajan en tres comunidades en el sur de Haití, en Corail, Bellab y Abacou.
Las religiosas son responsables de dos centros de salud, atienden el área social y trabajan en la formación de las jóvenes que desean consagrar su vida a Dios.
La hermana Monteiro afirmó que están presentes "junto con la gente, junto con ellos, estamos en la iglesia y esta es nuestra misión estar presentes".
Otras religiosas que apoyan a la población haitiana son las Hermanas del Inmaculado Corazón de María (Hermanas ICM), una congregación que tiene dos comunidades en las regiones más afectadas por el terremoto, una en Jérémie y la otra en Les Cayes.
Después del terremoto, la directora general de la congregación en Brasil, hermana María Freire da Silva, se puso en contacto con las religiosas en Haití. Ella indicó al sitio web de ICM Sisters que todos están bien "a pesar del susto".
La hermana da Silva indicó que, por la fuerza del terremoto, algunas de las religiosas sufrieron heridas leves, pero resaltó que actualmente están bien y listas para ayudar a las personas en las localidades donde viven.
Durante el programa de radio "Encuentro con el Pastor" el 16 de agosto, el Arzobispo de São Paulo (Brasil), Cardenal Odilo Pedro Scherer, recordó que la arquidiócesis está presente en Haití a través de la Missão Belém y resaltó que la institución no sufrió daños por el terremoto.
"Tenemos una cantidad de brasileños, religiosos y misioneros que están allí, incluida nuestra Missão Belém, que, gracias a Dios, no tuvo mayores problemas por el terremoto", resaltó.
El Cardenal Scherer indicó que los misioneros en Haití se encuentran apoyando activamente "a la gente, que sufre las consecuencias de este terremoto" y pidió a los fieles estar "unidos al pueblo de Haití".
El Obispo de Nova Iguaçu (Brasil), Mons. Gilson Andrade da Silva, también pidió oraciones por Haití y dijo que "el pueblo haitiano nos enseña que, a pesar de las dificultades y desolaciones, siempre es posible servir y donarse a los hermanos y hermanas".
Mons. da Silva dijo que en los últimos años los sacerdotes misioneros haitianos de la Congregación del Inmaculado Corazón de María han trabajado en la diócesis de Nova Iguaçu con un "compromiso generoso".
"Hoy, especialmente, queremos estar cerca del pueblo del P. Lesly Julien, párroco de San Agustín (Guandu) y el P. Jean Baptiste Magloire, párroco de Nossa Senhora da Conceição (Marapicu), en el deseo y la oración de que todos estén bien y seguros", agregó.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.