En los últimos cinco días tres sacerdotes han fallecido en Nicaragua a causa del COVID-19, dos en la Arquidiócesis de Managua y uno en la Diócesis de Estelí.
El P. Julio de los Santos Dávila, párroco de la parroquia San Antonio en Monte Tabor, falleció en la madrugada del domingo 15 de agosto, en el día de la Asunción de la Virgen María.
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La Arquidiócesis de Managua informó a través de su página de Facebook que los funerales se realizaron ayer domingo de forma privada.
El pasado 11 de agosto murió el P. Uriel Sandi Gutiérrez, párroco de la parroquia María Inmaculada en la zona occidental de Managua.
El sacerdote había sido internado en un hospital de la capital nicaragüense el día 7.
Su funeral también fue privado y el entierro se realizó en su ciudad natal, Masatepe, indicó la Arquidiócesis.
En ambos casos la Arquidiócesis ofreció sus condolencias y oraciones a los familiares y amigos de los presbíteros.
Un día antes, el 10 de agosto, falleció el P. Julio César Melgar Cruz, sacerdote de origen salvadoreño que sirvió durante varias décadas en la Diócesis de Estelí.
Ese día, la Arquidiócesis de Managua, liderada por el Cardenal Leopoldo Brenes, indicó que "el Señor Arzobispo invita a los fieles a elevar una oración y a los sacerdotes a ofrecer la Eucaristía por su eterno descanso".
Según informa Reuters, los contagios en Nicaragua a causa del COVID-19 van en aumento, y la media actual de casos nuevos es de 43.
De acuerdo a los datos de la Universidad John Hopkins, los casos en el país centroamericano son 10.251 en total, con 197 personas fallecidas.