En su mensaje para el IV Domingo de Cuaresma, el Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, hizo un llamado a los que se alejado de la Iglesia a que “vuelvan a la casa de su madre, la Iglesia, que los espera con el corazón abierto”.
El Prelado explicó que “hoy la Iglesia nos presenta la bellísima parábola que refleja el gran corazón de nuestro Padre Dios, quien espera con los brazos abiertos que regresemos a la casa familiar. No reprocha ni castiga, sino que celebra una gran fiesta. La única condición es que el hijo menor reconozca su error, se arrepienta y decida cambiar de vida. Y para que la fiesta sea completa, se requiere que el hijo mayor acepte a su hermano, en vez de condenarlo y rechazarlo. Dios es feliz cuando nos ve unidos como hermanos”.
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“Según el censo del 2000, ha aumentado el número de quienes se han alejado de la Iglesia en que fueron bautizados. Así como son numerosas las deserciones en el catolicismo, aumentan las personas que dejan de practicar su religión y se hacen indiferentes. En el país, se declaran ‘sin religión’ un 3.49 por ciento. En Chiapas, llegan a un 12.16 por ciento. La mayoría antes eran católicos o protestantes, y se han alejado. Algunos andan vagando de iglesia en iglesia, y luego se quedan sin nada”, agregó el Obispo.
Mons. Arizmendi afirmó que “durante este tiempo de Cuaresma, hay muchos fieles que se acercan humildes al sacramento de la reconciliación, confiesan sinceramente sus pecados, se comprometen a cambiar de vida, reciben el perdón generoso de Dios Padre, por medio del sacerdote facultado para perdonar en nombre del Señor, y participan gozosos del banquete de la Eucaristía, junto con los demás hermanos en la fe”.
“Estaban como muertos para Dios y para la Iglesia, y vuelven a la vida; resucitan. Sin embargo, hay muchos que no aprovechan este tiempo de reconciliación; por su orgullo, no reconocen su pecado y no acuden a hacer una buena confesión; por ello, no gozan de la fiesta pascual en la casa de la Iglesia. Cada día se ensucian más, y hasta costras de maldad les quedan”, añadió.
“En nuestra diócesis de San Cristóbal de Las Casas –anunció el Prelado–, he facultado a todos los sacerdotes para que, durante la Cuaresma y las fiestas pascuales, hasta el domingo de Pentecostés, puedan abrir más las puertas de la misericordia de nuestro Padre Dios, absolviendo de la censura de excomunión por el pecado del aborto, siempre y cuando haya un verdadero arrepentimiento”.
“¡Es enorme el gozo de quien se siente libre de este gravísimo pecado de asesinato de un ser inocente e indefenso recién engendrado! Ojalá que muchas personas aprovechen esta oportunidad, para volver a la casa de Dios, que es su Iglesia”, afirmó.
Más adelante, el Prelado recordó que “la Cuaresma es un tiempo oportuno para recapacitar en la propia historia, como lo hizo el hijo menor de la parábola. Hay que ser humildes para reconocernos pecadores, y valientes para regresar a la casa paterna: ‘Me levantaré, volveré a mi padre’ ¡Que nadie se quede sin hacer una buena confesión de sus pecados! Sólo así podrá experimentar el gran gozo de volver al corazón del Padre Dios”.
“Los que se han alejado de la Iglesia, ¡que vuelvan a la casa de su madre, que los espera con el corazón abierto! Nos duele que se hayan ido a otras partes; si fue por nuestra culpa, pedimos perdón. No queremos ser como el hermano mayor de la parábola, que los viera con menosprecio; somos hermanos y Dios quiere que estemos juntos”, agregó el Obispo.