En uno de sus discursos más enérgicos y extensos a favor de los derechos de las personas en estado llamado “vegetativo”, el Papa Juan Pablo II señaló que éstas conservan su plena dignidad humana.
Al recibir a los participantes del Congreso Internacional “Tratamientos de sustento de Vida en Estado Vegetativo: Avances Cinetíficos y Dilemas Éticos” organizado por la Pontificia Academia para la Vida y por la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos, el Santo Padre alentó los esfuerzos de los hombres de ciencia que “incluso con grandes sacrificios” trabajan para “el mejoramiento de las posibilidades de diagnótsico, terapéuticas, y rehabilitativas” de los paciencites en estado vegetativo.
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El Pontífice señaló que un paciente en condiciones clínicas “vegetativas” no falta quienes llegan a poner en duda la permanencia de su misma ‘cualidad humana’, casi como si el adjetivo ‘vegetal’ (cuyo uso se ha consolidado), simbólicamente descriptivo de un estado clínico, podría o debería referirse al enfermo en cuanto tal, degradando de hecho el valor de la dignidad personal”.
“En este sentido- añadió el Papa-, es necesario destacar cómo el término, aunque esté confinado al ámbito clínico, no es ciertamente el más feliz en referencia a sujetos humanos”.
“En oposición a tales tendencias de pensamiento, siento el deber de reafirmar con vigor que el valor intrínseco y la dignidad personal de todo ser humano no cambian, sea cual sean las circunstancias concretas de su vida. Un hombre, aún gravemente enfermo o impedido en el ejercicio de sus funciones más altas, es y será siempre un hombre, jamás se convertirá en un ‘vegetal’ o un ‘animal’”
También nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en la condición clínica de ‘estado vegetativo’ conservan entera toda su dignidad humana. La mirada amorosa de Dios Padre sigue posándose sobre ellos, reconociéndolos como sus hijos particularmente necesitados de su asistencia”.