El Fondo Becket para la Libertad Religiosa informó que una Corte federal en Texas (Estados Unidos) bloqueó el llamado "mandato transgénero", con lo que ahora los médicos estarán "protegidos ante procedimientos controvertidos que vayan en contra de su conciencia y contra su juicio profesional médico".
El "mandato transgénero" de la administración Biden ordenaba que médicos u hospitales con convicciones religiosas hicieran procedimientos transición o cambio de sexo en sus pacientes, también niños, incluso cuando estos pueden ser médicamente dañinos.
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El fallo del 9 de agosto se da en relación al caso Franciscan Alliance vs. Becerra, en el que un hospital que reúne a unos 20 mil profesionales de la salud, en nueve estados, solicitó no acogerse a la medida por ir en contra de sus convicciones religiosas y de conciencia.
El Fondo Becket explicó que este es el "segundo fallo que bloquea a la administración en el intento de imponer esta política".
Luke Goodrich, vicepresidente y consejero senior del Fondo Becket, comentó que "el fallo de hoy (ayer) es una victoria de la compasión, la conciencia y el sentido común".
"Ningún doctor debe ser obligado a realizar procedimientos controvertidos que no tienen sustento médico y que son contrarios a sus conciencias y que pueden ser profundamente dañinos para los pacientes".
Hace cinco años, durante el segundo periodo de la administración Obama, el gobierno federal emitió un mandato que se aplicaba a prácticamente todos los médicos del país, interpretando que una norma previa ordenaba que los profesionales de la salud hicieran "procedimientos de transición" o cambio de sexo en cualquier paciente.
Los médicos que se negaban a acatarlo podían enfrentar severas consecuencias como fuertes multas y juicios.
Por ese motivo diversas organizaciones religiosas presentaron una demanda contra el mandato en varias cortes.
En 2016 una corte federal en Dakota del Norte suspendió el mandato y en 2019 otro juzgado lo bloqueó. Recientemente la administración Biden indicó que restablecería la política, algo que ya no podrá hacer con el fallo de ayer.
Goodrich resaltó que "estos médicos y hospitales religiosos proporcionan servicio médico de alta calidad para diversos males desde el resfriado común hasta el cáncer".
"Todos se benefician cuando los médicos pueden seguir su juicio profesional y el juramento hipocrático con el que prometen no hacer daño", aseguró.
La administración Biden tiene ahora 60 días para decidir si apela o no el fallo de la corte federal de Texas.
El Fondo Becket para la Libertad Religiosa es una organización sin fines de lucro con sede en Washington D.C que defiende este derecho esencial de las personas de todas las religiones.