El Arzobispo de Dublín, Mons. Dermot Farrell, dijo que el consejo del gobierno irlandés de retrasar las primeras comuniones y las confirmaciones para evitar contagios por COVID-19 parecía ser "discriminatorio", pues otros eventos, como los deportivos, están siendo permitidos.
En una carta enviada a los sacerdotes el 3 de agosto, el Arzobispo expresó su "profundo pesar" por no haber "ningún compromiso" con los representantes de la Iglesia sobre la revisión de las directrices.
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"Es comprensible que muchos se hayan preocupado y decepcionado de que las pautas actuales restrinjan la celebración de los sacramentos con el aparente motivo de que pueden conducir a reuniones familiares, lo que puede infringir las pautas de salud pública", escribió, según el Irish Times.
El Prelado agregó: "Esto es desconcertante, ya que tales prohibiciones no se aplican a otros eventos, como eventos deportivos o cívicos, u otras ocasiones familiares, como la celebración de cumpleaños y aniversarios, o de hecho a bodas o funerales".
"Muchos han llegado a la conclusión de que, en ausencia de una justificación adecuada, estas directrices son discriminatorias", indicó.
En la carta, Mons. Farrell dijo que las parroquias podrían seguir adelante con las primeras comuniones y confirmaciones "si lo considera seguro", informó RTÉ, la emisora nacional de Irlanda.
El Arzobispo de 66 años agregó que "sería prudente asegurarse de que las familias confirmen su conocimiento de las pautas de salud pública con respecto a visitas entre hogares".
Mons. Farrell, quien fue instalado como Arzobispo de Dublín en febrero, es el último obispo irlandés en indicar que las parroquias pueden proceder con las primeras comuniones y la confirmación, siempre que sigan las medidas para prevenir la propagación del COVID-19.
Los obispos de Elphin, Clogher, Waterford y Lismore también han dado luz verde a las ceremonias en sus diócesis.
RTÉ dijo que los obispos de Meath, Raphoe y Killaloe habían seguido su ejemplo.
Mons. Farrell le dijo a RTÉ's News at One el 4 de agosto que aconsejó a las parroquias que celebraran las ceremonias en el otoño y que muchas habían programado las primeras comuniones y confirmaciones entre septiembre y noviembre.
"Pero lo que estoy diciendo es que también debemos confiar en los padres. Los padres saben lo que les conviene. Saben cómo proteger su salud", dijo, sugiriendo que el consejo actual del gobierno era "injusto" ya que parecía mostrar una falta de confianza en los padres.
Señaló que a un gran número de personas se les permitía asistir a festivales de música, bodas y fiestas de cumpleaños, "y la única reunión que parece plantear algún riesgo es un padre que lleva a su hijo para recibir el sacramento de la confirmación".
"Pero eso simplemente no es creíble. Desafía el sentido común y esa falta de coherencia conduce a una falta de credibilidad", comentó.
El sitio web del gobierno irlandés dice actualmente que "se aconseja que las ceremonias religiosas como bautizos, primeras comuniones y confirmaciones no deben tener lugar en este momento. Se recibirán más consejos sobre la reanudación de estas ceremonias cuando sea seguro hacerlo".
Los medios irlandeses informaron que los cuatro arzobispos católicos de Irlanda –Mons. Farrell, Mons. Eamon Martin, Mons. Kieran O'Reilly y Mons. Michael Neary– escribieron al gobierno el 28 de julio, indicando que las ceremonias seguirían adelante a partir de mediados de agosto.
Mons. Martin, el Primado de Irlanda, acusó al gobierno irlandés en julio de comunicar de una manera "tremendamente irrespetuosa" que las ceremonias deberían retrasarse debido al COVID-19.
El Arzobispo dijo que la decisión del gobierno marcó un "cambio total" de su posición anterior.
Señaló que la Iglesia había recibido una carta de la oficina del Taoiseach (primer ministro irlandés) en junio indicando que las ceremonias podrían continuar el mes siguiente.
Dijo: "Nos han inundado las llamadas de las parroquias y sé que los sacerdotes y otras personas han estado extremadamente decepcionados por este cambio de posición que nos fue escrito desde la oficina del Taoiseach desde principios de junio que decía que, en línea con la reapertura paulatina de la sociedad a partir del 5 de julio, estas ceremonias podrían tener lugar".
La República de Irlanda, un país de 4.9 millones de personas, ha registrado 304.310 casos de coronavirus y 5.035 muertes relacionadas hasta el 4 de agosto, según el Centro de Recursos de Coronavirus de Johns Hopkins.
El país está experimentando una cuarta ola de COVID-19 impulsada por la variante Delta detectada por primera vez en India.
Mons. Martin criticó previamente el enfoque del gobierno irlandés sobre el culto público durante la crisis del coronavirus.
En abril, acusó a los funcionarios de introducir nuevas regulaciones "draconianas" sobre el culto público "de manera clandestina".
Si bien el culto público se suspendió en la República de Irlanda a fines de 2020 como una medida de seguridad para prevenir la propagación del virus, las nuevas regulaciones criminalizan efectivamente la Misa con público.
Después de reunirse con el ministro de salud de Irlanda, Mons. Martin subrayó que el trabajo pastoral de los sacerdotes debe "considerarse esencial, en lugar de estar sujeto a sanciones penales" en medio de la pandemia.
La larga espera de los católicos irlandeses para volver a las Misas públicas terminó en mayo.
El Instituto Iona, un grupo de defensa que promueve el lugar del matrimonio y la religión en la sociedad, reveló los hallazgos de una nueva encuesta el 4 de agosto, lo que sugiere que el 46% de los católicos irlandeses practicantes han regresado a Misa.
Más de la mitad de los feligreses semanales dijeron a los encuestadores que deberían reanudarse las primeras comuniones y confirmaciones.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.