El apostolado 40 Días por la Vida en México se pronunció recientemente sobre la vacunación de sus voluntarios contra la pandemia de COVID-19, asegurando que respetan "la libertad individual".
En un comunicado publicado en sus redes sociales, 40 Días por la Vida señaló que "respecto al tema de las vacunas cada uno de los voluntarios y personas que están involucradas con el movimiento es libre de tomar su decisión respecto a vacunarse o no".
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El apostolado precisó que institucionalmente se mantiene "al margen de este tema".
40 Días por la Vida comenzó en 2004 en Estados Unidos y se ha extendido por todo el mundo. Actualmente se realizan vigilias de oración y ayuno por el fin del aborto en más de mil ciudades, en 63 países.
Se estima que esta campaña ha logrado salvar de las garras del aborto a más de 19 mil bebés, se ha conseguido que al menos 112 centros de aborto cierren y que 221 trabajadores de este tipo de clínicas renuncien.
En su comunicado, 40 Días por la Vida subrayó que "nuestro apostolado tiene como objetivo el fin del aborto a través de la oración y ayuno, vigilia pacífica y alcance comunitario".
"No promovemos posiciones antivacunas, ni ataques a sacerdotes que apoyen la vacunación", precisó.
40 Días por la Vida añadió que "cualquier comentario o posición de un voluntario de 40 Días por la Vida es personal y no representa la posición o pensamiento del movimiento 40 Días por la Vida México".
La Iglesia Católica y las vacunas contra el COVID-19
En medio de la controversia por algunas vacunas, en cuyo desarrollo se habrían utilizado líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos realizados en el siglo XX, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano emitió una nota sobre la moralidad de su uso.
En la nota, difundida en diciembre de 2020, la Congregación para la Doctrina de la Fe aseguró que "pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas".
"Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas", precisó.
Además, el dicasterio vaticano subrayó que "la vacunación no es, por regla general, una obligación moral", por lo que "la vacunación debe ser voluntaria".