Los obispos de la República Democrática del Congo condenaron un reciente ataque con piedras a la vivienda del Arzobispo de Kinshasa, Cardenal Fridolin Ambongo, así como múltiples casos de profanación en la Diócesis de Mbujimayi y otros actos de odio a la fe.
En un comunicado del lunes 2 de agosto, los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) afirmaron que los ataques dirigidos van en contra del principio de libertad de culto en el país.
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"CENCO condena enérgicamente estos actos de violencia inadmisibles que constituyen un grave atentado a la libertad de religión y expresión, pero también una violación de la democracia", señalaron.
Los ataques contra las instalaciones de la Iglesia son "un gran paso hacia atrás en el camino al estado de derecho al que aspira el pueblo congoleño", añadieron.
Los miembros del Comité Permanente de CENCO contaron haber recibido una carta del Obispo de Mbujimayi, Mons. Emmanuel-Bernard Kasanda, en el que denuncia que "desde abril de 2021, se han producido abominables actos de profanación en lugares de culto: parroquias, cuevas marianas, altares, santuarios... actos que llegan a profanar nuestros tabernáculos donde descansa el Santísimo Sacramento".
Los obispos también se sintieron "consternados" por comentarios despectivos proferidos el 31 de julio por Augustin Kabuya, secretario general de la Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS, partido gobernante de la República Democrática del Congo), contra el Cardenal Ambongo y al secretario general de CENCO. Ambos fueron acusados de politizar la Iglesia.
Los obispos también afirmaron que se sintieron perturbados por el ataque a la residencia del Cardenal Ambongo que se produjo un día después de las declaraciones realizadas por el funcionario de la UDPS.
Según los informes, un grupo de jóvenes congoleños irrumpió el 1 de agosto en el centro pastoral Lindonge, en la ciudad de Limete, antes de acceder a la residencia del Cardenal Ambongo, entonando cantos contra el Purpurado y arrojando piedras al edificio.
En un comunicado después del incidente, el canciller de la Arquidiócesis de Kinshasa, el P. Georges Njila declaró: "Condenamos enérgicamente esta actitud irresponsable, así como sus consecuencias".
En su declaración del 2 de agosto, los miembros del Comité Permanente de CENCO señalaron que "nuestro dolor es tanto mayor ya que todos estos actos muestran odio contra la Iglesia Católica".
Los obispos católicos también cuestionaron por qué la Iglesia está siendo atacada, si ésta "defiende la independencia de la Comisión Electoral Independiente (CENI)".
El liderazgo de la Iglesia Católica, dijeron, "solo está cumpliendo su misión profética en la búsqueda del bienestar del pueblo congoleño".
"Al condenar estos actos despreciables, pedimos a nuestros fieles cristianos y defensores de la democracia que no reaccionen con violencia. La violencia es el arma de quienes carecen de argumentos en un debate democrático y ciudadano", continuaron.
La violencia, indican, "mata la democracia y la reemplaza por la dictadura".
Los obispos católicos de CENCO también piden a los perpetradores de la violencia que detengan sus acciones violentas e instaron al gobierno a tomar medidas urgentes contra los culpables.
Prometieron seguir apoyando al pueblo congoleño en "consolidar la democracia y mejorar sus condiciones de vida". "Por el amor del pueblo congoleño, CENCO no se callará", añadieron.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI África.