En el lugar de Chilambo, al norte de Malawi, muy cerca de la frontera de Zambia, Justina era la única católica. Incluso su propia familia, su esposo, sus hijos, trataron de convencerla en varias ocasiones para que abandonara la Iglesia y se integrara en la comunidad protestante. Sin embargo, durante 37 años, Justina se mantuvo fiel a su fe católica.
Sin atención pastoral, sin sacerdotes que pudieran llegar hasta el lugar por lo aislado y escarpado del territorio, Justina recibió por última vez los sacramentos en 1984. Pero ahora la situación ha cambiado por completo.
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Su historia se hizo viral en los últimos días debido a un mensaje en el que se narra su caso compartido en la red social Twitter por Jeremías, un misionero argentino que se encuentra en Malawi con la Orden de San Elías.
Ella es Justina, era la única católica de todo Chilambo. Recibió por última vez algún sacramento en 1984. Durante 37 años, se mantuvo fiel a la fe católica a pesar de que tuvo invitaciones para unirse al protestantismo. Ejemplo heroico de fidelidad. Finalmente la Iglesia llegó. pic.twitter.com/TS6KwyJM0Q
- Jeremías V (@jerevillalbaf) July 26, 2021
Según explicó a ACI Prensa, la Iglesia Católica nunca había llegado a Chilambo. "No hay registros de que un sacerdote haya venido a esta zona, debido a la dificultad del acceso. Hay que caminar al menos tres horas entre las montañas para poder dar con las primeras casas".
Antes de llegar hay varias aldeas con población católica. En una de ellas nació y vivía Justina antes de trasladarse a Chilambo, donde dejó de tener contacto con las comunidades católicas.
La misión de la Orden de San Elías, en la que se encuentra Jeremías en Malawi, tiene su sede en Chisenga, Diócesis de Karonga. La misión la sostiene la plataforma Omnes Gentes Project y, en la actualidad, en Chisenga, se encuentran como misioneros el P. Federico Highton y los laicos Nahuel, Nick y el mismo Jeremías.
"Vivimos en Chisenga Rural Trading Area, perteneciente a la Diócesis de Karonga, cuyo Obispo nos encomendó la evangelización de más de 30 aldeas, cuyos habitantes poco conocen sobre Jesús si es que alguna vez escucharon su nombre".
"En las aldeas que visitamos, sucede que aquellos que sí conocen a Jesús cayeron en las manos de sectas protestantes que difunden la poligamia y diversas ideas que nada tienen que ver con la verdad", relata.
"En Chisenga", aclara Jeremías, "no hay parroquias, porque no hay sacerdotes para cubrirlas, y lo que hay son pequeñas comunidades cristianas".
Explica que "cada una de estas comunidades cristianas tiene catequistas o instructores de catecumenado con una pequeña organización formada por los líderes eclesiales, o 'Church leaders', que son básicamente laicos que se encargan de administrar las iglesias en aquellos lugares donde no hay sacerdotes y donde todavía no hay parroquias por falta de sacerdotes".
Jeremías señala que siempre que van de misión "nos acompañan los líderes de la Iglesia de Chisenga, que son laicos: el catequista, el secretario del catequista y algunos otros".
Cuando organizaron la misión en Chilambo, los "Church leaders" contaron a Jeremías y a los sacerdotes de la Orden que "solo había una persona católica en el área", Justina. "Cuando llegamos, pasamos a visitarla".
"Justina se puso muy contenta de vernos e intercambiamos algunas palabras con ella. Nos contó que sentía mucha pena porque no tenía un lugar donde ir a practicar su fe, y que se encontraba sola en ese aspecto".
El motivo por el que Justina estuvo alejada de los sacramentos tiene que ver con la distancia. "Ningún sacerdote había llegado a Chilambo anteriormente, por lo que la atención pastoral era nula".
"Incluso si caminara unas cinco horas para ir a alguna aldea cercana, tampoco podría asistir a Misa, dado que en las aldeas que sí tienen población católica también escasea la celebración de la Eucaristía debido a que los sacerdotes llegan solo una vez en tres meses, aproximadamente".
"La gente de la zona conoce el nombre de Jesús, pero nunca habían escuchado oír hablar de qué es un sacramento, así como tantas otras cosas", señala Jeremías.
A pesar de los intentos de que abandonara la Iglesia Católica y se incorporara al protestantismo, "Justina nunca aceptó esa invitación y se mantuvo firme a su fe católica durante 37 años, confiando en que en algún momento tendría la oportunidad de volver a sentir la Iglesia desde dentro".
Y, finalmente, "la Iglesia Católica llegó a Chilambo". Una llegada que fue recibida con tal júbilo que "varios de los jefes de las distintas aldeas que componen el área se convirtieron a la fe católica. Incluso donaron un terreno a la Iglesia donde realizar todas las reuniones".
"Al día siguiente de ver a Justina realizamos una predicación con mucha gente de la zona, y ella vino muy contenta. En Chilambo había solamente una persona católica, y ahora 88 personas comenzarán el catecumenado para recibir los sacramentos, comenzando por el bautismo. Justina no estará sola para practicar su fe".
Antes de regresar a su base en Chisenga, Justina dijo a los misioneros "que se encontraba realmente feliz de que la Iglesia Católica finalmente haya llegado a Chilambo, ya que antes estaba sola. También mencionó que no se esperaba esto, pero que es el modo en que Dios ha obrado".