Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador, invitó al diálogo y se ofreció como mediador para superar la crisis que actualmente se vive en la capital ecuatoriana, suscitada por la disputa de la alcaldía de la ciudad.
"Como Arzobispo de Quito, haciendo mía la voz de miles de miles de quiteños, quiero invitar a todos los protagonistas de esta crisis capitalina, a que se abra un diálogo. Es urgente dialogar dejando intereses y posiciones personales y de grupos a un lado, para encontrar soluciones apropiadas a la crisis que se vive", escribió el Arzobispo en un mensaje titulado "¿Lindo Quito?", con fecha 1 de agosto.
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El Prelado indicó que "no queremos una disputa por un puesto, queremos obras, acciones concretas, respuestas a las inmensas necesidades de la capital. Quito tiene grandes y graves problemas que hoy no se están enfrentando".
"La capital de los ecuatorianos parece que va en mar tempestuoso sin rumbo cierto, sin un puerto donde llegar. Este no es el Quito que queremos, queremos un Quito donde podamos gritar con fuerte voz un ¡Viva Quito!, porque en verdad hay vida, una vida que se va construyendo con el esfuerzo de todos", señaló.
La crisis actual en Quito se inició cuando el alcalde de la ciudad, Jorge Yunda, fue acusado de corrupción, como la compra de 100 mil pruebas PCR para detectar el COVID-19. El 3 de junio el Concejo Metropolitano de Quito lo destituyó del cargo.
Después de 46 días en las que hubo diversas medidas legales, asumió la alcaldía el 19 de julio el vicealcalde Santiago Guarderas, quien estuvo en el cargo solo 11 días.
El 30 de julio la Corte Provincial de Pichincha anuló la decisión del Tribunal Contencioso Electoral, que había fallado confirmando la medida del Concejo Metropolitano de Quito.
Desde entonces y casi a diario hay manifestaciones frente a la alcaldía, a favor y en contra de Yunda. Algunos piden su renuncia y que se elija un nuevo alcalde.
Ante la crisis, el Arzobispo cuestionó si "¿estamos haciendo para Quito un canto de amor? Y aún me atrevo a hacer otra pregunta, ¿por qué llora Quito hoy? Sí, porque no llora el rondador, llora Quito, todo Quito al ver la realidad en la que está sumergida por una crisis institucional muy profunda".
"¿Es lo que queremos para Quito todos los quiteños? Los que son nacidos en esta tierra hermosa de cielos azules, de calles empinadas, de joyas arquitectónicas de sus iglesias patrimoniales, de gente de empuje y de trabajo, de comerciantes y jubilados que recorren su Plaza Grande o que trotan en el parque de la Carolina, o los que hemos adoptado esta tierra como nuestra. No, no es lo que queremos para Quito", expresó.
Tras recordar el llamado al diálogo que hace el Papa Francisco en situaciones como esta, el Prelado ecuatoriano dijo que su invitación a superar la crisis la hace "como ciudadano de esta tierra que he hecho mía".
"Me ofrezco, junto con otros quiteños, a los que llamo, a ser mediador en este diálogo, el mismo que debe buscar siempre el bien de toda esta gran colectividad y no un bien personal", concluyó.