El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó que este 28 de julio se llevó a cabo la ordenación episcopal de un nuevo Obispo en China, el quinto Prelado nombrado y que se ordena desde que se firmó el acuerdo provisional entre la Santa Sede y China.
"Puedo confirmar que hoy, miércoles 28 de julio de 2021, en la catedral de Pingliang, provincia china de Gansu, ha tenido lugar la liturgia de ordenación episcopal del P. Anthony Li Hui, nombrado por el Santo Padre coadjutor de Pingliang el 11 de enero de 2021", indicó Bruni en una declaración por escrito a los periodistas acreditados ante la Santa Sede.
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Además, el director de la oficina de prensa destacó que "Mons. Li es el quinto obispo chino nombrado y ordenado en virtud del Acuerdo Provisional sobre el Nombramiento de Obispos en China".
El Acuerdo Provisional entre China y el Vaticano está relacionado con el nombramiento de obispos, pero los demás términos del acuerdo no se han dado a conocer.
Según Asia News, diversos expertos aseguran que, con este acuerdo, China reconoce que para ser consagrado obispo es necesario ser nombrado por el Papa.
Acuerdo provisional
El acuerdo provisional entre la Santa Sede y la República Popular China fue firmado el 22 de septiembre de 2018.
En aquella fecha, un comunicado oficial vaticano subrayó que el Pontífice deseaba que "con la decisión que se ha tomado se pueda iniciar un nuevo recorrido que permita superar las heridas del pasado haciendo posible la plena comunión de todos los católicos chinos".
"La comunidad católica en China está llamada a vivir en la más fraterna colaboración para llevar, con un compromiso renovado, el anuncio del Evangelio".
Finalmente, aquella nota de la Santa Sede resaltó que "la Iglesia existe para dar testimonio de Jesucristo y del amor misericordioso y salvífico del Padre".
El acuerdo provisional busca acabar con décadas de desencuentro diplomático entre la Iglesia Católica y el gobierno chino. La ruptura se produjo en el año 1951, dos años después de la revolución popular china encabezada por Mao Zedong, que supuso la implantación del régimen comunista en el país asiático.
Esa ruptura supuso también la división de la Iglesia en China en dos instituciones: la 'iglesia patriótica china', controlada por el Partido Comunista y contraria a Roma, y la Iglesia clandestina, en comunión con el Papa.
Tras décadas de desencuentro, con persecuciones contra los católicos fieles a Roma y detenciones de obispos, una de las principales dificultades para era el nombramiento de obispos.
Las autoridades chinas se negaban a aceptar los nombramientos de obispos realizados por el Papa e insistían en nombrar ellos a los titulares de las sedes episcopales, algo rechazado por el Vaticano.
Los obispos legítimos que permanecen fieles al Papa viven una situación cercana a la clandestinidad, permanentemente asediados por las autoridades comunistas.
Antes de la firma de este acuerdo, todo obispo reconocido por el Gobierno chino debía ser miembro de la asociación patriótica, y muchos obispos nombrados por el Vaticano que no son reconocidos o aprobados por el Gobierno chino han enfrentado persecución.
También dentro de la Iglesia han surgido voces que cuestionan el acercamiento entre el Vaticano y el gobierno chino.
Entre las voces opositoras al acuerdo se encuentra la del Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen, que ha asegurado que "no te puedes comprometer" con el Partido Comunista Chino porque ellos son "perseguidores" de la fe. "Ellos quieren la rendición total. Eso es el comunismo", dijo.