El Papa Juan Pablo II agradeció profundamente el significativo aporte de vocaciones del Camino Neocatecumenal a la Iglesia, y alentó a los futuros sacerdotes del Camino a compartir el espíritu de unidad con el clero en las diversas diócesis en las que se han insertado.
El Pontífice recibió en la mañana del jueves al rector, los superiores y alumnos del seminario diocesano de Roma “Redemptoris Mater”, fundado hace 16 años. El Papa recordó que esta institución era “una experiencia nueva y significativa para la formación de presbíteros de cara a la nueva evangelización”.
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Actualmente existen en el mundo más de 30 seminarios “Redemptoris Mater”, cuyos alumnos se han formado siguiendo la espiritualidad del Camino Neocatecumenal.
“Doy gracias a Dios -dijo el Santo Padre- por los abundantes frutos de bien que vuestro seminario ha producido a lo largo de estos años”; y dio gracias “al Camino Neocatecumenal, en el que han nacido y crecido vuestras vocaciones”.
“Pienso con agradecimiento en los fundadores del Camino, a quienes se debe la feliz intuición de proponer la erección de vuestro seminario y que hacen todo lo posible para favorecer en el Camino mismo el nacimiento de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada”, agregó el Santo Padre.
El Papa recordó también que en estos 16 años “ha salido un gran número de sacerdotes generosos dedicados en parte al servicio pastoral en la diócesis de Roma y en parte a la misión en todos los lugares del mundo, como sacerdotes ‘fidei donum’”.
Juan Pablo II explicó luego que “el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial están efectivamente ordenados uno a otro y ligados íntimamente, y ambos participan, cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo. Sin embargo, difieren esencialmente y no sólo en el grado. En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros están configurados de modo especial a Jesucristo como jefe y pastor de su pueblo y al servicio de este pueblo -a semejanza de Cristo- deben emplear y entregar su vida”.
El Santo Padre subrayó que una vez ordenados, los sacerdotes formados en los seminarios del Camino “pertenecerán al presbiterio diocesano, que tiene en el obispo su punto de referencia esencial y al mismo tiempo, el lazo profundo que les une con la experiencia del Camino Neocatecumenal”.
en la comunión fraternal del presbiterio