El Vaticano publicó este 24 de julio el balance consolidado de la Santa Sede del año 2020, en el cual se observan los efectos de la pandemia del COVID-19, con un déficit de 66,3 millones de euros.
En esta línea, el prefecto de la Secretaría para la Economía, P. Juan Antonio Guerrero Alves, destacó que la Santa Sede recurrió al Óbolo de San Pedro para "apoyar el servicio de los dicasterios para la misión del Papa" así como también que se dio "más ayuda a las iglesias de los países más afectados por la pandemia".
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En una entrevista concedida a Vatican News, P. Guerrero Alves dijo que "con todo lo acontecido, fue mejor de lo que esperábamos" porque el déficit fue "un poco mejor al escenario previsto".
"Para el 2020, antes de la pandemia, habíamos presupuestado inicialmente un déficit de 53 millones de euros. Cuando apareció el COVID las previsiones de déficit que hicimos en el mejor escenario eran de 68 millones de euros y, en el peor, de 146 millones de euros. En el escenario medio el déficit era de 97 millones de euros; revisamos el presupuesto en marzo aceptando un déficit de 82 millones de euros. El resultado de 66,3 millones de euros de déficit ha sido un poco mejor que el mejor escenario, y mucho mejor del previsto en el presupuesto revisado", indicó.
En esta línea, el prefecto de la Secretaría para la Economía señaló que "el déficit ordinario fue de 14,4 millones de euros menor que en 2019: 64,8 millones de euros en 2020 frente a los 79,2 millones de euros de 2019" y, sin embargo, "el rendimiento de las inversiones financieras fue 51,8 millones de euros menor y el resultado extraordinario ha sido también 17,8 millones de euros menor".
Entre las decisiones que implementaron para reducir la pérdida, P. Guerrero Alves subrayó que "los dicasterios han actuado con responsabilidad" y redujeron sus gastos "mientras que los que están más en relación con iglesias necesitadas aumentaron contribuciones a Iglesias en necesidad por motivo del COVID-19, a veces disminuyendo su patrimonio, como es el caso del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral".
Además, el presbítero resaltó la importancia de "la contribución del Óbolo a la misión del Santo Padre en los últimos años", en 2017 fue de 52 millones de euros; 2018 de 74 millones de euros; 2019 de 66 millones de euros y 2020 de 50 millones de euros."
"El Óbolo ha recaudado 44 millones de euros y contribuido en 2020 a la misión del Santo Padre con 50 millones de euros, además de 12 millones de euros de erogaciones directas a proyectos concretos en diversos países. Ha gastado 18 millones de euros más de lo recaudado", añadió.
Asimismo, el P. Guerrero Alves explicó que "en la reciente reunión del Consejo para la Economía se aprobó una nueva lista de los entes, que incorpora las novedades de los últimos Motu Proprio del Papa en materia económica" y agregó que "los pasos que se están dando en la buena dirección de una mejor gestión, un control más eficaz y una mayor trasparencia ayuden a recuperar la credibilidad".
En este sentido, el prelado recordó también algunos de los últimos Motu Proprio del Papa Francisco en materia económica que buscan hacer "una economía vaticana más trasparente" y añadió que recientemente la comisión contra el reciclaje de dinero Moneyval "reconoció los progresos hechos en la efectividad".
Luego, el P. Guerrero Alves reconoció los efectos negativos de la pandemia y la falta de ingresos en el sector "que mal llamamos comercial, que incluye los museos que dependen de la Santa Sede y las catacumbas, que están cerrados, o la oficina de viajes vinculada a la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA) que no ha tenido mucho trabajo este año".
"Esto ha supuesto una reducción de ingresos de 11,6 millones de euros y una reducción en los gastos de 4,9 millones, es decir un neto de 6,7 millones menos. Los ingresos inmobiliarios se han reducido bastante, pero menos de lo previsto. El impacto ha sido de unos 5 millones de euros de reducción y otros 5 millones de retraso en el pago. Es decir, 51,8 millones de euros peor que el año pasado", describió.
Por último, el P. Guerrero Alves informó que actualmente los fondos de la Secretaría de Estado son gestionados por la APSA en un modo trasparente" e informó que están preparando "la venta del edificio de Londres" así como también "se siguen los procesos judiciales en curso contra quienes creemos que han lesionado los intereses de la Santa Sede".
"No sabemos como será el futuro, pertenece a Dios y no podemos sino verlo con esperanza… Sin embargo, sabemos que desde hace unos años todos los pasos que da la Santa Sede en el terreno económico van en la buena dirección: coherencia con su doctrina social, transparencia, control, eficiencia… La vida siempre se abre paso y encontraremos caminos para avanzar", concluyó.