El P. Alberto Reyes, sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey y crítico del sistema comunista y sus consecuencias en Cuba, señaló que la solución a la situación actual pasa porque el régimen acepte que ha llegado el tiempo de una transición pacífica del país hacia la democracia.
El 11 de julio miles de cubanos salieron a las calles de las principales ciudades y diversas localidades para exigir libertad, así como cambios y soluciones a la escasez de alimentos y medicinas, una situación crítica a la que se ha sumado la pandemia del coronavirus. En los días siguientes se han registrado nuevas manifestaciones.
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Sin embargo, la respuesta del presidente Miguel Díaz-Canel fue ordenar a sus partidarios a salir a contrarrestar las protestas –las más grandes en 62 años de comunismo-, y sacar a policías y militares para que detengan a los manifestantes.
Aunque el miércoles 14 negó que hubiese represión, en las redes sociales se difundieron videos donde se ve a agentes golpeando y arrestando a los manifestantes.
Este miércoles 21 se convocó a una nueva protesta, esta vez con la participación de las madres, esposas e hijas de los manifestantes detenidos. Sin embargo, otra vez se registraron actos de represión y arrestos arbitrarios.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Reyes señaló que las manifestaciones son la muestra de que el pueblo cubano está "muy cansado" y quiere vivir. La población, indicó, no quiere "arrastrar una existencia condenada a la búsqueda diaria del sustento básico. Queremos soñar y tener la posibilidad de luchar por nuestros sueños y de alcanzarlos dentro de la isla. Queremos ser libres para decir lo que pensamos sin ser reprimidos".
"Estamos cansados de un sistema articulado por el miedo, la mentira, la manipulación y promesas vacías. Los estallidos del 11 de julio no son el reclamo de un pueblo pidiendo comida o medicinas, sino el grito profundo de un pueblo pidiendo su libertad", afirmó este 21 de julio.
Por ello, afirmó que el régimen cubano debe "aceptar lo evidente, asumir que ha llegado el tiempo de un cambio hacia la democracia, y ser ellos mismos los que propongan un diálogo nacional y una transición pacífica".
Asimismo, criticó la represión desplegada por el gobierno; pero aclaró que "no es la reacción de Díaz-Canel", porque "Díaz-Canel no se manda, sólo obedece. Es la reacción de aquellos que sometieron a esclavitud al pueblo cubano a través de una Revolución que se autoproclamó 'verde como las palmas' y 'humilde para los humildes', y que ha sido fuente de miseria y sufrimiento sin precedentes".
"Ha sido una reacción brutal, que ha sacado lo peor del cubano y ha hecho a parte del pueblo enemigo de su propio pueblo, sin calcular la espiral de resentimiento y odio que puede provocar, sin calcular que las heridas que se están abriendo no podrán sanarse en generaciones.
La ONG de derechos humanos Cubalex ha difundido una lista con cerca de 600 nombres de personas que han sido arrestadas. Algunas de ellas ya han sido liberadas, pero la mayoría sigue detenida o no se tiene información sobre su paradero.
Asimismo, se denunció que parte de las acciones del régimen es enviar agentes a las viviendas de las personas que fueron a las manifestaciones o que difunden información por internet, para arrestarlas violentamente.
El sacerdote de Camagüey indicó que "todo puede suceder" más adelante, "pero algo sí me llama la atención. Hace algún tiempo, aún en época de redes sociales, los eventos que se producían y que hablaban del malestar de mi pueblo quedaban como fuegos artificiales, como hechos aislados".
"Sin embargo, de un tiempo a esta parte, hay una efervescencia social que no para, y que continuamente se renueva. Yo quiero pensar que, definitivamente, mi pueblo se ha decidido a conquistar su libertad", expresó.