El Papa Francisco mostró su cercanía a las víctimas de las recientes inundaciones que ocurrieron en Alemania y que causó muerte de personas y graves daños materiales.
En su telegrama enviado el 15 de julio, el Santo Padre a través del secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, expresó sus condolencias por las víctimas "de la tromba de agua en Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado", en el oeste de Alemania.
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En esta línea, el breve texto vaticano dirigido al presidente de Alemania, Franz-Walter Steinmeier, indica que "el Santo Padre ha recibido con consternación la noticia de las graves consecuencias de la tromba de agua".
"Su Santidad recuerda en la oración a las personas que han perdido la vida y expresa a sus familias su más sentido pésame y reza especialmente por las personas que siguen desaparecidas, por los heridos y por los que han sufrido daños o han perdido sus bienes como consecuencia de las fuerzas de la naturaleza", destacó.
Finalmente, el Papa Francisco aseguró "su cercanía espiritual" junto "a las unidades de emergencia y a los equipos de rescate" e "implora la ayuda y la protección de Dios para todos".
Las graves inundaciones ocurrieron en la madrugada del 15 de julio y afectaron al oeste de Alemania y el este de Bélgica, así como también Luxemburgo, Países Bajos y el este de Francia. Se trata de las peores inundaciones en Alemania en las últimas décadas, peor que las que sufrió en 2002.
Según cifras de las autoridades de estos países, la catástrofe natural ha causado la muerte de más de 100 personas, mientras que 165.000 personas están sin electricidad, varias líneas ferroviarias están cortadas.
Ante eso, el ejército alemán ha enviado a la zona alrededor de 900 soldados para los trabajos de rescate y de búsqueda de personas desaparecidas en los dos países afectados.
Según el Ministerio de Interior alemán, hay alrededor de 15.000 personas trabajando en tareas de rescate.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, quien se encontraba en visita oficial en los Estados Unidos, señaló el 15 de julio que se trata de una "catástrofe" que "es imposible describirlo con palabras".