Recientemente, el Departamento de Salud de Irlanda reveló que se han realizado 13.243 abortos en la República de Irlanda desde que entró en vigor la legalización del aborto el 1 de enero de 2019.
El 29 de junio se publicó el segundo "Informe Anual sobre la Ley de Salud (Regulación de la Interrupción del Embarazo)", que fue aprobada en 2018. El documento indica que en el 2020 se realizaron 6.577 abortos, mientras que el primer informe señala que en el 2019 se hicieron 6.666 abortos.
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Eilís Mulroy, directora de campaña de la organización provida Pro Life Campaign, comentó que "las cifras de abortos de hoy son devastadoras y son lo opuesto a lo que los miembros del Gobierno prometieron repetidamente cuando dijeron que los abortos serían 'raros' si la gente votara a favor de la derogación".
"En el espacio de solo dos años, todo lo que el movimiento provida advirtió que sucedería, lamentablemente ha sucedido", añadió.
En el referéndum del 25 de mayo de 2018, el 66.4% de votantes irlandeses apoyó la derogación de la Octava Enmienda de la Constitución, que protegía el derecho a la vida de la madre y del niño por nacer. El 33.6% votó para que se mantuviera.
Posteriormente, en octubre, el proyecto de "Ley de regulación de terminación del embarazo" fue debatido y aprobado por el Parlamento irlandés, en la Cámara Baja y el Senado.
El 20 de diciembre de 2018, el presidente irlandés Michael D Higgins firmó la Ley de Regulación de la Terminación del Embarazo y el 1 de enero de 2019 comenzaron los servicios de aborto.
La ley actual permite el aborto hasta la semana 12 de gestación y hasta las 24 semanas en algunos casos. Puede practicarse cuando existe una anomalía del niño por nacer o cuando la salud física o mental de la madre se encuentre en peligro. En el primer caso el aborto podría realizarse en cualquier momento del embarazo.
Antes de que se introdujera la nueva legislación sobre el aborto en Irlanda, la cantidad de abortos que se realizaron en 2018 en el territorio de Inglaterra y Gales, para mujeres que eran residentes de Irlanda, fue de 2.879.
Mulroy, de Pro Life Campaign, señaló que "además del aumento masivo de abortos, hemos visto en un estudio reciente publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynecology que los bebés que sobrevivieron a abortos tardíos bajo la nueva ley de Irlanda los han dejado morir sin recibir ningún cuidado paliativo o médico".
"A los votantes se les prometió que nunca sucedería nada tan horrible e inhumano como esto", lamentó la líder provida.
"Del mismo modo, nos dijeron que era alarmante sugerir que se producirían diagnósticos erróneos en la detección de afecciones que limitan la vida y que resultan en la muerte de los bebés por nacer. La semana pasada, nos enteramos del acuerdo del Tribunal Superior después de que el bebé Christopher Joseph Kiely fuera abortado luego de un diagnóstico erróneo, dejando a sus padres desamparados y devastados", añadió Mulroy.
Por su parte, la portavoz de Right To Life UK, Catherine Robinson, dijo que "quienes hicieron campaña para derogar la Octava Enmienda afirmaron que esto no aumentaría las cifras de abortos en Irlanda, pero las cifras muestran un aumento muy grande".
"Es trágico que Irlanda no haya protegido a los no nacidos, pero también que los activistas estén tratando de radicalizar aún más las regulaciones. Cada aborto representa un fracaso de la sociedad para proteger la vida de los bebés en el útero y un fracaso para ofrecer un apoyo total a las mujeres con embarazos no planeados", concluyó.