Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz (Bolivia), manifestó que los altos índices de violencia doméstica y de asesinatos de mujeres en el país deben abordarse con políticas públicas que respeten "la sacralidad de la vida y la dignidad de toda persona".
Hasta junio de 2021, el Ministerio Público de Bolivia ha registrado 56 asesinatos de mujeres y 14 infanticidios.
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El departamento de La Paz tiene 18 casos, Cochabamba 10, Santa Cruz 9, Oruro 6, Potosí 4, Chuquisaca 4, Beni 3, Tarija 1 y Pando 1.
"Es un dato espantoso que nos debe cuestionar y comprometer a todos, ciudadanos e instituciones, en especial a los diversos niveles del Estado, para que cesen esos delitos que son también pecados gravísimos a los ojos de Dios", expresó Mons. Gualberti en la homilía de la Misa del domingo 4 de julio.
"Además de exigir que la justicia actúe con todo el rigor de la ley, hace falta implementar políticas públicas de prevención, entre otras, a través del sistema educativo, para que, desde la niñez se aprenda a rechazar toda actitud machista y violenta y a respetar la sacralidad de la vida y la dignidad de toda persona".
El Arzobispo aseguró que los medios de comunicación también "juegan un rol significativo" ya que deben presentar "de manera clara e imparcial los hechos, evitando el sensacionalismo y la morbosidad, priorizando programas que promuevan los valores humanos y ayuden a las personas a distinguir el bien del mal y a optar por una convivencia fraterna y pacífica".
"Esta situación nos desafía a todos. Unamos nuestros esfuerzos para que no se deba lamentar más víctimas inocentes de la violencia ciega y pidamos al Señor que nos dé la valentía de dar un testimonio vivo del mandamiento nuevo del amor que Él nos ha dejado: 'Ámense los uno a los otros, como yo los he amado'", recordó.
Mons. Gualberti alzó la voz así como lo hizo el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
En aquella ocasión dijo que a las mujeres se les debe reconocer en "dignidad igual a la de los hombres", "el mismo trato que los hombres tienen en la familia, en el trabajo y en todos los sectores de la sociedad".
"No se deben escatimar esfuerzos para implementar medidas que eviten este flagelo de disparidad, comenzando por la educación de las generaciones más jóvenes para romper una mentalidad machista perversa".
Además, alertó la urgencia de "unir fuerzas para prohibir la violencia y las divisiones", así como la de "establecer relaciones de igualdad y equidad" junto con "consolidar una sociedad reconciliada y pacífica, donde todos tengan las mismas condiciones para una vida digna".