El Responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de la Salud de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Domingo Díaz Martínez, afirmó que la Iglesia ve con "gran pena y preocupación" las posibles complicaciones del "uso lúdico" de la marihuana, recientemente aprobado.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló el 28 de junio a favor de la despenalización del uso lúdico de la marihuana con fines recreativos. En el futuro próximo, el debate volverá al Congreso de la Unión para que se legisle sobre la regulación del consumo.
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Por lo pronto, a raíz del fallo, los mexicanos mayores de 18 años podrán solicitar un permiso ante Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para consumir, cultivar y portar marihuana con propósitos recreativos.
En un comunicado publicado recientemente, Mons. Díaz, quien también es Arzobispo de Tulancingo en el estado de Hidalgo (México), pidió recordar las palabras del Señor, cuando "invita a sus fieles a tener mucho cuidado de no caer en las trampas del maligno (…) dirigiendo sus pasos por un camino que lleva a la perdición".
"Ahora que las puertas para el uso lúdico de la cannabis se han abierto, vemos con gran pena y preocupación, que las posibles complicaciones del abuso indiscriminado sin consecuencia de esta substancia traerá: depresión, aumento de la ansiedad, aumento en la tasa de suicidios, pérdida de la memoria, desintegración social y lo más grave, la destrucción de la familia", advirtió el prelado.
Mons. Díaz aseguró que "quienes vivimos con el pueblo prevemos con esta decisión más pobreza, más problemas familiares, más violencia, más dolor y más impunidad".
"El tabaquismo, el alcoholismo siguen causando problemas y ahora estamos ante el peligro de afrontar uno más, caer en las garras de esa vieja y 'nueva forma de esclavitud' que son las drogas", lamentó.
Asimismo, cree que la decisión de la SCJN, "lejos de buscar el bien común, estará propiciando un mal común", ya que "no atiende los daños a la salud surgidos por el consumo cada vez mayor de la marihuana, no atiende los efectos en las familias por los jóvenes que consumen drogas, tampoco contribuye a inhibir y reducir la exposición a sustancias estupefacientes".
"Como Iglesia –continuó Mons. Díaz–, estamos en desacuerdo al uso indiscriminado de la sustancia sin indicación, como estamos en desacuerdo, al uso de antibióticos sin indicación médica".
El comunicado también señala que "hoy más que nunca", se debe exhortar "a los padres, jóvenes, catequistas, pastoral juvenil y pastores a prevenir y trabajar por sembrar los valores del Reino en las nuevas generaciones, para no tener que lamentar después".
Mons. Díaz propuso a los padres "deben tomar en serio la educación en valores y virtudes, para que los hijos, tengan las armas necesarias para enfrentar esta y cualquier otra adversidad".
También les pidió que estén pendientes "de ellos desde temprana edad, advirtiéndoles sobre los graves riesgos de caer en alguna adicción"; así como "de los amigos y ambientes que frecuentan".
Mons. Díaz se dirigió a los jóvenes para decirles que "estén atentos a no caer en las trampas de la adicción". "Piensen en la esclavitud, sufrimiento y pobreza a que les puede llevar. Se dice que esta resolución es para defender sus derechos, eso les dicen ahora, pero los dejarán solos el día de mañana con su tristeza, pobreza y dolor", aseguró.
A quienes trabajan en la pastoral con jóvenes y niños, les insistió en promover la "formación sobre la prevención de cualquier tipo de adicción, principalmente en los ambientes de la sociedad más vulnerables".
Y cuando se dé el caso de que el prójimo caiga en la droga, exhortó a toda la Iglesia a ser conscientes de que "no podemos caer en la injusticia de clasificar al drogadicto como si fuera objeto o un trasto roto". "Cada persona ha de ser valorada y apreciada en su dignidad para poder ser sanada", añadió.
Finalmente, Mons. Díaz dijo que la "preocupante aprobación nos plantea el reto de convencer, prevenir y caminar juntos, unidos y organizados en nuestros Planes Diocesanos de Pastoral, para poder ofrendar a nuestro amado Redentor".
"Oremos y trabajemos para que así suceda", concluyó.