El Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidió la Misa de clausura del III Congreso Internacional Avilista en la Basílica de San Juan de Ávila en Montilla, Córdoba (España) y animó a pedir para que haya vocaciones al sacerdocio "santos, como San Juan de Ávila".
El Papa Francisco se unió a la celebración de este congreso internacional con una carta en la que animó a los participantes a "reflexionar sobre la figura de San Juan de Ávila y su fecundo ministerio para encontrar en él luz e inspiración en nuestras vidas". Y pidió seguir el ejemplo del llamado Apóstol de Andalucía para identificarse con Jesús Buen Pastor y para salir al encuentro de los más pobres.
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Durante la homilía, el Cardenal Juan José Omella recordó que "todos estamos llamados a la santidad" y destacó que tanto la espiritualidad como los escritos de San Juan de Ávila "son una luz que iluminan nuestra vida".
El presidente de la Conferencia Episcopal Española recordó que San Juan de Ávila fue una persona tocada por el amor de Dios, que "se sentía profundamente amado por Dios y vivió su vida entregado a un encuentro gozoso con Él".
"San Juan de Ávila nos encomendó que orásemos todo el día y que tuviéramos una relación con Dios como la amigos de siempre", explicó.
También aseguró que fue un modelo de caridad pastoral, un hombre de oración y un pobre que sirvió a los pobres porque "durante toda su vida trató de tener los mismos sentimientos que Cristo Buen Pastor, su vida fue un reflejo del Amor del Padre, una persona que amaba a los demás y que se preocupaba por las necesidades de todas las personas que Dios había puesto en su camino, hasta tal punto, que ya no era suyo, sino de los que lo necesitaban".
Por eso animó a los presbíteros a seguir la enseñanza del Maestro y continuar dando testimonio de Jesucristo con la verdad, "pese a las acusaciones o momentos de dificultad que viva la Iglesia".
También destacó la importancia de sustentarse en la oración, ya que "nuestro Santo cree que nuestra tarea solo dará fruto si potenciamos la oración y dejamos que nos transforme".
Y pidió "vivir una caridad permanente como San Juan de Ávila, quien en su predicación y en su vida, atendía a todos como un 'mendigo ante Dios', con corazón humilde y sintiendo a los pobres como hermanos".
Además aseguró que San Juan de Ávila fue "un sacerdote enamorado de la eucaristía" y pidió a Dios que por intercesión del patrón del clero secular español, se fortalezca nuestra fe y nos anime a ser testigos de la buena nueva del Evangelio.
"Que el Señor nos conceda vocaciones al ministerio, pero que sean santos como San Juan de Ávila", afirmó.