El párroco de Ségué, P. Léon Douyon, junto con otras cuatro personas en la diócesis de Mopti, en Malí, fueron liberados el 23 de junio luego de 72 horas de secuestro.
El P. Douyon, el jefe del pueblo de Ségué, Thimothé Somboro; el subalcalde, Pascal Somboro; y otros dos miembros de la comunidad, Emmanuel Somboro y Boutié Tolofoudié, fueron secuestrados el lunes 21.
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Según informó Radio Francia Internacional (RFI), los cinco fueron dejados al borde de la carretera entre Bankass y Bandiagara, en el pueblo de Parou, dentro de la Diócesis de Mopti, unas 72 horas después de haber sido secuestrados.
Medios locales también señalaron que los recién liberados no presentan problemas de salud.
El gobernador de la región de Mopti, Abass Dembélé, indicó que las cinco personas fueron liberadas después de que el vehículo de los secuestradores se averiara no lejos de la frontera de Malí con Burkina Faso.
Dembélé señaló que los secuestradores "decidieron abandonar el vehículo en algún lugar de la selva" y resaltó que gracias a la mediación de autoridades de Dogon y Fulani se pudo acordar la liberación de los rehenes.
El sacerdote de la Conferencia Episcopal de Mali, P. Alexis Dembélé, indicó que las cinco personas desaparecieron cuando viajaba desde Ségué, en el centro del país, para participar en el funeral del P. Oscar Thera en el pueblo de San.
Malí ha experimentado un aumento de la violencia que involucra tanto a civiles como a militares. Desde 2012 los secuestros se han vuelto frecuentes en la nación de África occidental, con insurgentes que buscan obtener rescates o ejercer presión política.
Los grupos yihadistas vinculados a al-Qaeda y al Estado Islámico, y la violencia entre comunidades, han dejado miles de muertos y desplazados en Malí, violencia que se ha extendido a los vecinos Burkina Faso y Níger.
La situación se complica aún más por la inestabilidad política en la nación de África occidental.
Malí está actualmente bajo el liderazgo del coronel Assimi Goita, quien encabezó dos golpes de Estado en un lapso de nueve meses, primero derrocando al presidente electo en agosto pasado y recientemente a los líderes interinos que iban a encabezar el gobierno de transición del país.
Tras el golpe del 24 de mayo, el Tribunal Constitucional nombró al coronel Goita presidente de transición hasta que el país celebre elecciones, medida que ha sido blanco de críticas.
En un comunicado, la Conferencia Episcopal de Malí señaló que siguen "con gran preocupación y tristeza" los hechos ocurridos en el país tras el establecimiento del nuevo gobierno.
"Los obispos de Malí, conscientes de la necesidad de un ejecutivo fuerte y un ejército reconciliado y reforzado, condenan enérgicamente la toma del poder fuera del proceso legal", agregaron.
Los obispos condenaron "firmemente la crisis actual resultante de cálculos personales alejados de las preocupaciones de la gente y de los intereses de Malí" y resaltaron la necesidad de "un diálogo constructivo para poner fin a la crisis actual y sugerir una tregua social".
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI África.