El protagonista de la película La Pasión de Cristo, Jim Caviezel, y el productor de la misma, Steve McEveety, recibieron el galardón Imago Dei otorgado anualmente por la Arquidiócesis de Denver a quienes inspiran con su testimonio a actuar según “la imagen de Dios”.
La Arquidiócesis decidió entregar el premio a todo el equipo de La Pasión por “el impacto del filme en todos aquellos que ya lo vieron y por los millones que la verán para encontrarse con la persona y el mensaje e Jesucristo”.
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La ceremonia tuvo lugar en el hotel Hyatt Regency de Denver, en el marco de una cena benéfica a favor de los dos seminarios mayores de Denver, Redemptoris Mater y San Juan Vianney.
El rector de la casa de formación, Padre Michael Glenn, señaló en su discurso que “representar a Jesús es casi imposible pero este filme lo hace”.
Por su parte, el Arzobispo de Denver, Mons. Charles Chaput, reveló que ha visto la película cuatro veces. “En cada una de ellas me conmovió la profundidad con la que puede afectar a la gente. No solo es una gran película ‘religiosa’. En un filme inusualmente bello bajo cualquier estándar. Pero también es más que eso”, señaló.
Para Mons. Chaput, “lo que La Pasión hace mejor que cualquier otra película que haya visto es que recoge los anhelos más íntimos del corazón humano y les da vida en el sacrificio del hombre real, que realmente vivió por nosotros, realmente murió por nosotros y realmente resucitó por nosotros porque realmente nos amó”.
El Arzobispo también abordó las críticas. “algunos dicen que es antisemita, pero La Pasión no es sobre el sanedrín. Trata la historia del hombre que murió para vencer el pecado del odio”.
“Algunos críticos dicen que es violenta, y es verdad. Pero La Pasión no trata sobre la violencia. Trata del amor que tenía la intención de soportarla”, agregó.
Tras recibir el premio, Jim Caviezel comentó que “esta película ha hecho de Jesús alguien más grande que los Beatles”, en referencia irónica a la irreverente exclamación de John Lennon que alguna vez dijo que los Beatles eran “más populares que Jesucristo”.
Caviezel también compartió sus preocupaciones iniciales cuando decidió actuar de Jesús, en una cinta rodada en arameo y latín, y las dificultades –especialmente el dolor físico-del rodaje.
Una vez más, Caviezel insistió en que encontró la fuerza en Dios y que el secreto del éxito de la cinta fue rezar el rosario, confesarse y recibir la Eucaristía.
“Dios nos llama a ser santos”, dijo el actor que pidió a los seminaristas “superar la tentación de ser ‘ligeros’, de ceder ante una vida cómoda”, invitándolos a ser sacerdotes santos que “reten al laicado a la santidad”.
Por su parte, Steve McEveety destacó el aporte de las mujeres involucradas en la película incluyendo sus esposas.
El productor y socio de Mel Gibson, también destacó que en los primeros días de la controversia sobre la película, el Arzobispo de Denver “fue el único soldado que nos apoyó desde el principio” y después de agradecer su apoyo y el respaldo de su canciller, Francis Maier, el productor dijo que por eso “la Arquidiócesis de Denver es el ‘santo patrono’ de La Pasión de Cristo”.