El Papa Francisco bendecirá los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos el próximo 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, patronos de Roma.
La oficina de las ceremonias litúrgicas informó que el Santo Padre presidirá la tradicional Misa a las 9:30 a.m. (hora local) y que se llevará a cabo "con una afluencia limitada de fieles", a las medidas sanitarias vigentes para evitar contagios del COVID-19.
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Tradicionalmente, el 29 de junio el Papa imponía también los palios benditos a los nuevos arzobispos metropolitanos nombrados durante el año pasado. Sin embargo, el rito cambió hace algunos años y el Pontífice no son impuestos por el Pontífice, sino que en cada país los arzobispos reciben posteriormente el palio con una imposición solemne en su Iglesia local.
El palio del arzobispo es la insignia exclusiva de los arzobispos residenciales o metropolitanos y recuerda la unidad con el Sucesor de Pedro. Es una banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario. Es de tela blanca salpicada de cruces, que les envía el Papa como distintivo de su especial dignidad.
La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda, que significa que el obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo.
En 2020, el Papa bendijo los palios al comienzo de una solemne Celebración Eucarística que se presidió en la Basílica de San Pedro con una asistencia muy limitada de fieles debido a la emergencia sanitaria y entregó un palio en representación a los 54 nuevos arzobispos metropolitanos, quienes no estaban presentes en la Basílica de San Pedro.
Esa Misa del Papa fue la primera concelebración eucarística en la que participaron también algunos cardenales residentes en Roma.
Tradicionalmente, al inicio de la Eucaristía del 29 de junio, el Santo Padre se detiene en silencio orante delante a la estatua de San Pedro y reza ante la tumba del apóstol Pedro que se encuentra abajo del altar de la Cátedra.