Este domingo 20 de junio el mundo conmemora la Jornada Mundial del Refugiado, y el Papa Francisco no ha querido dejar pasar la oportunidad de sumarse a los llamados a acoger a los que deben huir de sus países y embarcarse en un peligroso viaje para salvar la vida o buscar nuevas oportunidades.
"Hoy se celebra la Jornada Mundial del Refugiado promovida por las Naciones Unidas con el tema 'Juntos podemos marcar la diferencia'. Abramos nuestros corazones a los refugiados, hagamos nuestras sus tristezas, sus alegrías, aprendamos de su valiente resiliencia, y así, todos juntos, haremos crecer una comunidad más humana, una sola gran familia", fueron las palabras del Pontífice al finalizar el Ángelus dominical desde el Palacio Apostólico del Vaticano.
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La Jornada Mundial del Refugiado se estableció el 4 de diciembre del año 2000 por medio de la resolución 55/76 de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La petición fue aprobada el 12 de febrero de 2001 por la Asamblea General de la ONU. La fecha elegida, 20 de junio, se eligió como homenaje al trabajo de ACNUR "en favor de los repatriados, apátridas y desplazados internos", y de los propósitos de las Naciones Unidas (ONU) de promover "la paz, los derechos humanos y el desarrollo".
Los orígenes de ACNUR se encuentran en el panorama abierto en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, con un continente arrasado por la confrontación bélica y millones de personas desplazadas tanto por la guerra como por el movimiento de fronteras.
Así, en 1950 se establece la ACNUR para "ayudar a millones de europeos que habían huido o perdido sus hogares" durante la Segunda Guerra Mundial.
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