Sor María Laura Mainetti ya es beata. La religiosa italiana, asesinada el 6 de junio del año 2000 por tres adolescentes en un ritual satánico, fue beatificada en una gran ceremonia celebrada en el estadio de Chiavenna, diócesis de Como, ante 2.500 fieles.
La religiosa era superiora de la Comunidad de las Hijas de la Cruz en el Instituto María Inmaculada de Chiavenna cuando tres jóvenes de 17 y 16 años la asesinaron a cuchilladas. Tenía 60 años.
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En la ceremonia de beatificación, el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, afirmó en su homilía que se sentía "particularmente emocionado de presidir esta liturgia" y aseguró que "este encuentro lo vivimos en un momento de gran alegría para esta Iglesia diocesana".
De hecho, en el momento de la beatificación, las campanas de las iglesias de la Diócesis de Como sonaron al unísono como signo de alegría por la nueva beata.
Entre los asistentes a la beatificación se percibía gran alegría. A pesar de la trágica muerte de Sor María Laura, el testimonio de servicio a los desfavorecidos y de misericordia, murió perdonando a sus asesinas, es una herencia muy fuerte que se percibe en Chiavenna y en toda la diócesis de Como.
En la homilía, el Cardenal Semeraro señaló que "la beata María Laira Mainetti invocó del Señor la verdadera caridad" y destacó que "mientras moría perdonaba y regaba por quienes la estaban matando".
Además, reveló que "en el proceso de beatificación un testigo se preguntó: '¿Cómo puede una religiosa que vive tanto tiempo en su ritmo ordinario llega a la conciencia de rezar por aquellos que la asesinan mientras la están asesinando casi como reproduciendo una fotocopia del Evangelio?'".
También señaló que "nuestra mártir escribía que su camino espiritual era muy sencillo: debes hacer algo bueno por los demás. También decía que debía darle un sentido pleno a la vida. La santidad es así. No es el fruto del esfuerzo humano, sino que se parece a una pequeña flor en medio del césped".
"Nuestra mártir", continuó el Cardenal Semeraro, "eligió el todo, lo más grande, la verdadera caridad. El terreno para que florezca la santidad no es excepcional, es la fidelidad en el día a día".
Nacida en Colico, Italia, el 20 de agosto de 1939, Sor María Laura Mainetti fue bautizada con el nombre de Teresina. Su madre falleció poco después del nacimiento de la ahora beata. Teresina se educó entonces con las religiosas de la Congregación de las Hijas de la Cruz.
Inició el postulantado en agosto de 1957 en la Casa Provincial. En febrero de 1958 ingresó en el noviciado y el 15 de agosto de 1959 hizo sus votos de pobreza, castidad y obediencia en Roma. Por último, se consagró con votos perpetuos el 25 de agosto de 1964 en la Casa Madre de la Congregación en La Puye, Francia.
Siempre volcada en el acompañamiento y en la formación de niños y jóvenes con dificultades, murió precisamente por intentar ayudar a una joven. Sus asesinas, conscientes de esta entrega de la religiosa, simularon una llamada telefónica: una joven aseguraba haber sido violada y necesitaba ayuda. Atraída con esa mentira, Sor María Laura fue conducida a una calle solitaria, donde murió asesinada de 19 puñaladas para cumplir un ritual satánico.
El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus este domingo, recordó que "hoy en Chiavenna, en la Diócesis de Como, se beatifica a Sor María Laura mainetti, de las Hijas de la Cruz, asesinada hace 21 años por tres jóvenes influenciadas por una secta satánica".
"La crueldad. Precisamente ella que amaba a los jóvenes más que cualquier cosa, y que amó y perdón a aquellas mismas jóvenes prisioneras del mal, nos deja su programa de vida: hacer todas las pequeñas cosas con fe, amor y entusiasmo".
"Que el Señor nos de a todos la fe, el amor y el entusiasmo", concluyó el Santo Padre.